Capítulo II: Constitución del patrimonio familiar
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CAPÍTULO II
CONSTITUCIÓN DEL PATRIMONIO FAMILIAR
SUMARIO: 54. Tiempo y forma de la constitución. Persona del constitu-
yente. – 55. Constitución del tercero y constitución de los cónyuges. – 56.
La constitución del tercero como donación con ocasión del matrimonio;
excepciones a su disciplina. – 57. Garantía y retribución de los frutos por
parte del tercero constituyente. – 58. Constitución del solo goce de los
bienes por parte del tercero. – 59. Bienes que pueden constituirse en pa-
trimonio familiar. – 60. Transcripción y otras formas de publicidad. – 61.
Transformación de la dote en patrimonio familiar.
54. TieMpo y ForMa de la consTiTución. persona del consTiTuyenTe. – La
constitución del patrimonio familiar se puede hacer antes del matrimonio o durante
él (“también durante el matrimonio”, dice el art. 167, parágr. 2º; cfr. art. 162, parágr.
2º).Estosignicaquenoselopodríaconstituirdespuésdeladisolucióndelmatri-
monio por parte del cónyuge supérstite o por parte de un tercero.
Pueden constituir el patrimonio familiar (o aumentarlo) uno de los cónyu-
ges157 o los dos o un tercero (cfr. art. 167, parágr. 2º). El tercero podría constituirlo,
no sólo por acto entre vivos, sino por testamento (Ibidem)158, del mismo modo que
se puede admitir que pueda el tercero constituir la dote también por acto de última
voluntad (cfr. n. 80).
157 El código habla de cónyuges aunreriéndosealaconstituciónhechaantesdelmatri-
monio (al paso que los arts. 160 y 161 hablan de novios). En cambio, piensa que el art.
171, precisamente por hablar de cónyuges, nosereeremásquealaconstituciónpos-
terior al matrimonio, MORVIDI, Patr. famil., pág. 54, quien saca de ello consecuencias
a nuestro modo de ver erróneas.
158 FERRARA, Dir. delle persone e di famiglia, pág. 377, sostiene que no se puede constituir
por testamento, directamente, porque estaría en vigor, también en tal caso, la norma
en virtud de la cual las convenciones matrimoniales deben ser estipuladas por acto
público. Pero aquí habría, no una convención matrimonial, sino un negocio mortis cau-
sa aunque relativo al matrimonio, y la opinión de FERRARA está en contradicción
con la clara letra de la ley. Cfr. GANGI, Matrimonio 2, n. 324. Cfr., por lo demás, lo que
observamos a propósito de la dote constituida por testamento, en el n. 80.
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