Capítulo I: La problemática existencia de la «criminología» - Parte primera - Criminología. Aproximación desde un margen - Libros y Revistas - VLEX 976415871

Capítulo I: La problemática existencia de la «criminología»

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CRIMINOLOGÍA. APROXIMACIÓN DESDE UN MARGEN
CAPÍTULO I
LA PROBLEMÁTICA EXISTENCIA
DE LA «CRIMINOLOGÍA»
«Piensa en un rio compacto y m ajestuoso, que corre millas y millas
entre terraplenes fuertes, de modo que tú sabes dónde está el río, dónde
el terraplén, dónde la tierra firme. En cierto momento, el río, porque ha
corrido demasiado tiempo y demasiado espacio, porque se acerca al
mar, que en sí anula todos los ríos, ya no sabe qué es. Se convierte en su
propio delta. Quizá quede un brazo mayor, pero muchos se dispersan
en todas dire cciones y algunos reconfluyen en o tros, y ya no puede
saberse cuál es el origen de cuál y hasta ni siquiera se sabe qué es río ni
qué es mar ...»
(UMBERTO Eco, Il nome della rosa, Terzo giorno, Sesta)
1. Las dificulta des que presenta una tentativa de aproxi mación a la
«criminología»
Es difícil para cualquier latinoamerica no acercarse a la «criminología» y
creo que es prácticamente imposible tratar la «criminología». Las controve r-
sias que tienen lugar respecto de lo que en los países europeos, en los Estados
Unidos y en los países socialistas se ha venido «tratando» bajo esa denomina-
ción, son de tal entidad que nos obliga n a entrecomillar el nombre, para no
partir de una toma de posición apriorística ac erca de su existencia y autono-
mía, que nunca dejó de ser cuestionada. A ello se suma la discusión en torno
a su carácter «científico» (ya no solo se pregunta si es « una» ciencia, sino
incluso si es «ciencia»), y la crítica al carácter «científico» del derecho tampo-
co deja de repercutir en su ámbito. Casi todas las discusiones que se registran
en los países centrales tiene su repercusión (o reproducción) en Latinoamérica
o, al menos, en algunos países latinoamericanos, pero las ideologías en pugna en
los países centrales no tienen el mismo significado en este contexto de nuestra periferìa.
En definitiva, tenemos la impresión de que hoy es casi imposible tratar la
«criminología» en los países centrales y, con más razón, debido a que los
debates centrales adquieren otro valor en la periferia, tenemos la certeza de su
imposible «tratamiento» latinoamericano. Aquí la «criminología» es un cam-
po plagado de dudas, poblado de preguntas que se reproducen con inc reíble
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EUGENIO RAÚL ZAFFARONI
feracidad y que hallan pocas respuestas. Las preguntas se multiplican quizá
con mayor rapidez que en el centro, porque no se generan en el seno de grupos
de «trabajadores del pensamiento», pagados para «pensar», sino que emergen
de las traged ias, y su velocidad de reproducción se halla en relación inversa
al adormecimiento del asombro que puede producir lo cotidiano (el acostum-
bramiento a la tragedia cotidiana, sobre el que volveremos más adelante, y que
puede se r c aracterizad o c omo «entorpec imiento mental estu poroso por
cotidianidad trá gica», negación de la tragedia como mecanismo de huida o
método de subsistencia). En síntesis, la multiplicación latinoamericana de las pre-
guntas centrales, sumada a la notoria inferioridad de desarrollo teórico y recursos
informativos disponibles y al obstáculo perceptivo provocado por la más íntima e
intrincada vinculación de las cuestiones con dramáticos episodios cotidianos, hace que
la criminología en América Latina ejerza la desafiante fascinación de su intensa vita-
lidad, pero esa misma vitalidad impide el tránsito, permitiendo únicamente la «aproxi-
mación».
El mayor número de muertes es causa do, en Latinoamérica, por agen-
cias del Estado, y no solo en las dictaduras ni en las zonas de guerra, sino
también en los países con sistemas constitucionales. Anualmente son miles
los «muertos sin proceso» en ejecuciones protagonizada s por personal esta-
tal armado; un simple recorte presupuestario en el rubro sanitario ocasiona
la muerte de miles de personas; la supresión de dispensarios condena a
muerte por deshidratación a miles de niños, para mencionar solo algunos
ejemplos de causas de muerte directas y de toda ev idencia, en circunstan-
cias que pueden considerarse como «normales» en nuestra área geográfica.
Mientras tanto, cuando en una librería de cualquier ciudad de Europa o de
los Esta dos Unidos compra mos una obra de «criminología», por lo general
no reflexionamos advirtiendo que su precio equivale al ingreso per capita de
un mes de los habitantes de algún pa ís latinoamericano, o que nuestro des-
plazamiento hasta ese lugar implica diez años del mismo ingreso, o dos
años de salarios mínimos de la mayor parte de los trabajadores latinoameri-
canos.
Nosotros no necesitamos citar a ningún autor para observar la imposibi-
lidad de cualquier aproximación a la «criminología» que no centre su atención
en el poder y que, dentro de la estructura general del poder mundial, nuestro
«rincón» se halla en un paraje marginal del mismo. Tampoco es menester
ninguna metod ología refinada para dem ostrar que nuestros fenómeno s,
abarcados bajo lo que más o menos tradicionalmente se llama «criminología»,
son cualitativa y cuantitativamente diferentes de los que procuran explicar los
marcos teóricos ordenadores de los países centrales.
Sin embargo, pese a estas evidencias —y quizá a causa de ellas— las
dificultades que señalamos hace un momento cobran una dimensión enorme.
Por supuesto que no estamos seguros de superarlas, pero, al menos, antes de
ensayar el camino de aproximación, trataremos de sistematizar las que a nuestro

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