En la cancha, el cerebro - 17 de Enero de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 701111601

En la cancha, el cerebro

Fue un gran partido; con etapas nítidamente diferenciadas hasta el pitazo final.

Su primera jugada aclaró que el cerebro es un órgano en transformación, que sus conexiones neuronales están siempre cambiando. Y eso, porque requiere relacionarse con el medio ambiente; no es un simple computador racional.

Hizo una jugada distractiva, explicó la elección de Donald Trump como resultado de cerebros emocionales y luego rayó la cancha. Tenemos tres capas de cerebro: la reptilínea (instintiva, como los reptiles), la mamaria (emocional, como los mamíferos) y la intelectual. Y 100.000.000.000.000 conexiones entre ellas, en español, 100 billones.

El Dr. Ellis es un cosmólogo que ha escrito: "No se puede hacer física o cosmología sin asumir una base filosófica". Distingue nueve motores emocionales que marcan la conducta y el desarrollo del cerebro.

El nuevo entrenador de la selección debería considerar esos motores, tal como lo hizo su colega del Arsenal para excluir a Alexis Sánchez de su último partido.

El primer motor responde a la necesidad de significado, clave para vivir.

También el segundo motor tiene que ver con la exclusión de Alexis: la necesidad de pertenecer, que parte con la madre y luego sigue con los pares.

Un tercer motor se relaciona al ranking, al propio territorio, al orden que ocupo en la escala social.

No se metió Ellis con los otros seis motores, nombró tres secundarios: el orgullo, la vergüenza y el miedo. Todo esto por 100 billones de conexiones cerebrales.

Cruzó la mitad de la cancha para marcar las necesidades individuales. Hay tres básicas: para funcionar (búsqueda...

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