Cancelar el debate - 19 de Agosto de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 874555363

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Preocupa la liviandad, falta de rigor técnico y el desenfado para imponer intereses políticos partisanos con que un amplio sector de los convencionales está enfrentando materias referidas a garantías individuales. Lo sucedido el martes en la comisión de Ética es una prueba elocuente de ello, en que una mayoría -incluyendo los votos de Independientes no Neutrales y de convencionales de Chile Vamos- apoyó la propuesta comunista en orden a establecer una norma que sanciona éticamente el llamado "negacionismo" (en realidad, la norma es amplísima y va mucho más allá de ello) en distintas variantes: "respecto de delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990"; respecto de "violaciones a los derechos humanos ocurridas en el contexto del estallido social de 2019 y con posterioridad a este", y respecto de "las atrocidades y el genocidio cultural de las que han sido víctimas los pueblos originarios y el pueblo tribal afrodescendiente a través de la historia". La figura aprobada en la comisión llega incluso al sinsentido de sancionar toda "omisión que justifique, niegue o minimice" alguno de los hechos referidos, lo que lleva a preguntarse en qué situaciones estaban pensando los convencionales cuando redactaron aquello. De esta forma no solo se castigaría la expresión, sino que incluso el no decir algo en la línea de la verdad oficial, en un desvarío autoritario que ni siquiera la creatividad de autores como Orwell o Bradbury fue capaz de imaginar.El riesgo de hacer una interpretación extensiva de la norma -fácil tarea dada su redacción- ha quedado confirmado en la propia actitud de muchos convencionales y presidentes de otras comisiones que no han dudado en extender el concepto de negacionismo hasta niveles ridículos, en una especie de estrategia para imponer sus puntos de vista.La mencionada figura -que pretende regular el comportamiento de los convencionales durante la Convención- no solo es una flagrante vulneración a la garantía de la libertad de expresión, que naturalmente deja abierta la posibilidad de judicialización por parte de los afectados, sino que constituye una señal inquietante de la superficialidad con...

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