Los caminos de la vida de Adolfo Millabur
En la orilla del lago Lleulleu , en la provincia de Arauco, cerca de la cordillera de Nahuelbuta, vive Adolfo Millabur Ñancuil, 55 años, ex alcalde de Tirúa por cinco períodos, y hoy constituyente por uno de los escaños reservados del pueblo mapuche.Su casa de madera está construida en el mismo sector donde vivieron sus abuelos, padres, tíos y primos. Todos mapuches. Desde ahí habla hoy, un martes de diciembre, a través de Zoom, relatando cómo comenzó su camino hacia la Convención Constitucional.Cuenta que el recorrido se inició, en parte, en esa misma casa, cuando vio a través de la televisión cómo detonaba el estallido social del 18 de octubre de 2019. Como muchos chilenos, vio por la pantalla la quema de estaciones de metro y las mareas de personas que salían a protestar a las calles.-Pensé que estábamos locos, no entendía nada, ¿por qué se quemaba el Metro? Acá en el campo, hubo manifestaciones, bloqueo de carreteras, pero no era permanente, mientras que en Santiago no querían parar. Por la tele no se podía comprender bien, hay sesgos y una línea editorial, y yo quería a observar, dimensionar lo que pasaba-cuenta Millabur.A la semana viajó a Santiago. Dice que le sorprendió la ciudad con la que se encontró. En su visita caminó entre medio de las protestas y entre la gente comenzó a ver carteles que hablaban de una nueva constitución.-Nosotros, como mapuches Lafkenche, desde el año 2006 que veníamos discutiendo el cambio de constitución, y al ver estos carteles por mi cabeza empezaron a pasar muchas ideas.Para comprender con más profundidad lo que ocurría se juntó con el doctor en Sociología, Salvador Millaleo, y el doctor en Historia, Fernando Pairicán.-Como intelectuales ellos podían leer lo que estaba pasando. Conversé también con personas del mundo de la academia, con periodistas, y estaban todos sorprendidos. Les dije: "Aquí se abrieron las puertas o nos ponemos las pilas para entrar en este juego o vamos a quedar fuera" (...). Comenzamos a comunicarnos con los dirigentes de todo el territorio Lafkenche, y así empezamos a articularnos -explica Millabur.Cuarenta y siete hectáreas tenía el terreno familiar donde nació Millabur y sus ocho hermanos. De su mamá tiene pocos recuerdos, desde que tiene memoria estuvo enferma. Como hijo hombre mayor, estaba encargado de acompañarla cada vez que debía ir al Hospital de Cañete, que quedaba a unos 70 kilómetros.-Mi vieja quedó semi inválida de uno de los partos y yo era como su lazarillo. Tenía que aguantar días enteros esperando que la atendieran. En ese tiempo era explícito el racismo. Te trataban de china, indio o india. Además mi mamá era hablante fluida del mapudungun y no sabía leer ni escribir, entonces no tenía cómo hacerse entender -cuenta Millabur.Su padre se transformó en su gran referente. Él había llegado hasta tercero básico y con esos conocimientos le enseñó a...
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