Cambio de camiseta: los traspasos más dolorosos entre los clásicos archirrivales - 1 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 541674998

Cambio de camiseta: los traspasos más dolorosos entre los clásicos archirrivales

"Fue una noticia de primera página, Quintano, un símbolo de la U y miembro de la última generación del Ballet Azul, se iba al rival", recuerda el periodista Julio Salviat sobre el sonado traspaso. "Me llamó Alfredo Asfura (dirigente de la UC) y yo no quería, porque en ese sentido la gente no olvida: al viejo Leonel no le perdonan que jugara en Colo Colo, pero finalmente me terminan vendiendo y pasé una temporada en Católica", explica hoy el propio Quintano.

El central había regresado a la U desde México en 1977. "Mi idea era terminar mi carrera en la Chile, pero hubo situaciones a nivel directivo, se evaluó el tema de la edad, y partí. La UC es una gran institución, pero nunca me miraron muy bien", concluye. Su salida casi llevó a Fernando Riera a renunciar al "Chuncho".

Los cruzados habían vivido una experiencia parecida en 1970, cuando su gran estrella, el volante argentino Juan Carlos "Nene" Sarnari, se vestía de azul. "No fue para tanto", comenta el ex jugador que hoy tiene un café en Bogotá, Colombia. "Tengo muy buenos recuerdos del club de la franja, allí me reencontré con Néstor Isella, con el que jugamos en River Plate. No fuimos campeones, pero se jugaba bien. Lamentablemente, los dirigentes desmembraron el equipo y no contaron conmigo".

El periodista Edgardo Marín comenta: "El revuelo fue mucho menor que en el caso de Quintano".

En 1998, los hinchas de la U volvían a sufrir cuando Rodrigo Goldberg, una de las figuras en el título de 1994, fichaba en San Carlos. "No tengo nada que decir de la barra de Católica, siempre apoyaron, pero había gente en tribuna que no me quería. Una vez nos agarramos porque le tiraron monedas a Mario Lepe. !A Lepe¡", rememora el hoy comentarista deportivo.

Más complicado fue lo que vivió Francisco Arrué, que en 2007 pasó de ser el capitán cruzado a la nueva figura del acérrimo contrincante, sin transiciones. "Fue un error irme a la U en ese momento, porque pagué un tremendo costo personal y familiar, no podía salir a la calle, me gritaban cosas. En los clásicos en el Nacional, con 40 mil personas, me garabateaban en los dos banderines del córner; incluso, en los entrenamientos en el Caracol tenía problemas con la barra...

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