El Calafate UN MUNDO PERFECTO - 31 de Diciembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 656540465

El Calafate UN MUNDO PERFECTO

Eolo es actualmente el hotel más caro de El Calafate y es -sobre todo- uno de los pocos emprendimientos premium que logró crecer en esta zona al margen de las maniobras que hoy involucran a la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Así es una estadía en el proyecto de lujo y así también pasan los días en la ciudad patagónica que ahora vive bajo un manto de dudas.

POR Josefina Licitra, DESDE ARGENTINA. FOTOS: Alejandro Guyot.

En los últimos años viajé cuatro veces a El Calafate. El objetivo siempre fue el mismo: contar cómo era el "lugar en el mundo" -como ella lo había llamado- de Cristina Fernández de Kirchner, quien en ese entonces era Presidenta de la Argentina. En cada una de esas oportunidades asistí a una lógica que terminaría estallando con el fin del ciclo kirchnerista: muchos de los hoteles más lujosos de El Calafate -entre ellos Los Sauces y Alto Calafate, ambos de Cristina- estaban sospechados de integrar una red de blanqueo de activos que hoy amenaza penalmente a algunas figuras del poder K.

-Lo de "lugar en el mundo" debe ser porque lavan toda la plata acá -me había dicho en uno de esos viajes Susana Toledo, segunda generación de pobladores de El Calafate y una de las pocas personas que en aquel entonces se atrevían a criticar públicamente a los Kirchner. Con esos antecedentes, todo hacía pensar que la hotelería de lujo, en esa zona, no podía existir por afuera de las maniobras sombrías del poder político. Hasta que hace algunos meses una conocida dio, a propósito de nada en especial, un dato sorprendente.

-Mi padre tiene un hotel de lujo en Calafate -dijo, y luego aclaró de inmediato-; pero es un hombre honesto.

El hotel se llama Eolo, pertenece a la asociación Relais y Chateaux y tiene diecisiete habitaciones por un básico de mil dólares la noche, comidas incluidas. Sin embargo, lo más llamativo no es el precio insólito para los estándares de la hotelería argentina, sino su estado fiscal: dar en El Calafate con un hotel premium que no esté embarrado por el lado oscuro de la gestión K es casi tan difícil como hallar el Santo Grial.

Viajo para ver esa cosa.

Es una mañana fresca en El Calafate. Acabo de aterrizar en el llamado -por los lugareños- "vuelo de la muerte": una opción de Latam que sale a las cuatro de la mañana de Buenos Aires y llega a las siete a Santa Cruz, y que cuesta la mitad que el vuelo de Aerolíneas Argentinas. Llegar en el avión más barato y alojarse -invitada- en el hotel más caro es el primero de los varios contrasentidos de este viaje. Todos tendrán que ver con mi bolsillo, pero no pienso en eso ahora. Hace unos minutos dejé el aeropuerto en dirección a Eolo. Leí sobre el hotel antes de llegar -su historia, el lugar donde está alojado-, pero todo se hace irrelevante frente a la violencia del paisaje. La Patagonia, vista desde la ventanilla del auto, es un territorio temperamental. La aspereza de la estepa, la enormidad del cielo y del Lago Argentino -que parecen espejarse el uno al otro- y la oscuridad dramática de las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR