La caída del rey Farías - 6 de Noviembre de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 877884052

La caída del rey Farías

A sus 60 años, nunca nadie le había ofrecido un negocio así. Por eso, apenas escuchó la propuesta, Gonzalo Farías Cabezas, creyó que estaba frente a la oportunidad de su vida. "Créeme, cuando terminemos los mil 200 kilos te vas a dar cuenta que vas a dimensionar, bueno, más allá del billete que vamos a tener, de la envergadura de esos 1.200 kilos", le dijo a un hombre del otro lado del teléfono.A igual cantidad, no había otro producto que costara más. Ni mil 200 kilos de marihuana, de cocaína, aletas de tiburón o caviar Beluga. Nada valía más que mil 200 kilos de oro. "Aquí en Chile se producen como 34 toneladas al año, desde el pirquinero más picante hasta le empresa más grande, y ustedes, de un pencazo, van a meter mil 200 kilos", continuó.Jermain Muñoz, de entonces 38 años, el hombre con el que hablaba, trabajaba en la confección y comercialización de joyas, en una tienda ubicada en el Centro Comercial Lo Castillo, en Vitacura. Se habían conocido porque alguna vez Farías le había vendido materias primas para su local, pero ahora era Muñoz quien le ofrecía un negocio. El asunto era así. Un empresario llamado Marco Varas, que vivían entre Chile y Miami, decía tener disponible el oro en Colombia y la idea era enviarlo a Chile en seis embarques de 200 kilos, a bordo de un avión privado que arrendarían, en una operación que en total involucraba US$ 60 millones. Luego, Farías tomaría la carga y la "reexportaría" a Dubai, como si el mineral hubiese sido extraído en Chile. "Va a ser producción chilena, que va a salir por la Aduana para afuera, entonces va a incidir en las estadísticas. Si fueran 30 o 50 kilos da lo mismo, no mueve ni la aguja, pero una tonelada sí la va a mover", le dijo Farías a Muñoz.La policía los estaba escuchando.Para explicar quién es Gonzalo Farías en el mundo del oro hay que ir al año 2013, cuando un joven de 23 años, llamado Harold Vilches, le vendió tres kilos de oro que luego terminarían en Dubai, en manos de la empresa Fujairah Gold, con quienes Farías había firmado un convenio de exportación. Era su primera incursión en Emiratos Árabes Unidos, el país con más oro del mundo, una oportunidad que había tardado 15 años en llegar y que, sin embargo, solo duraría pocos meses, luego que Vilches, en julio de 2014, decidiera quitarlo del medio y hacer un trato directamente con el comprador. Aquella traición sería el inicio de una de las tramas más cinematográficas del rubro, el argumento de lo que más tarde sería un libro -Dirty Gold, escrito por el periodista estadounidense Jay Weaver-, que contaría su historia: la de un joven que movió 50 millones de dólares en oro desde la selva del Amazonas a Miami y Dubai, y que luego acabaría condenado a cinco años de libertad vigilada por contrabando.Lo que el libro no dice es que aquella jugada borró de un plumazo la hegemonía que Gonzalo Farías y su familia venían construyendo desde 1997, cuando junto a su esposa María Donoso fundó una empresa llamada Comercializadora Inversiones y Asesorías Oromarket LTDA., que se dedicaba a comprar y vender en el mercado local. Una década más tarde, su hijo, que se llama igual que él, abriría nuevos negocios. Entre abril de 2011 y noviembre de 2012, a través de la empresa EFAD Chile, comenzaron a exportar oro "no minero" a Corea del Sur y Estados Unidos, y al año siguiente sumaron Dubai.Entre 2014 y 2015, periodo en el que Harold Vilches se convirtió en el "rey del oro", Gonzalo Farías perdió gran parte del mercado. "Desde entonces lo odia", dice una persona que conoce a ambos. No solo por haberlo traicionado, sino por haber sobrecalentado el rubro. Cuando en 2016 Vilches fue descubierto, su liderazgo quedó vacante. Según informes del Servicio Nacional de Aduanas, en los dos años que siguieron a su detención, las exportaciones de "oro no minero" cayeron a cero. Solo se reactivaron en noviembre de 2018, cuando una nueva compañía irrumpió con exportaciones a Dubai: Isidora Metals.Los Farías habían vuelto al negocio y sus pujantes declaraciones ante Aduanas levantaron sospechas: 13 millones de dólares en 14 operaciones, en nueve meses. Habían partido en enero de 2019 con envíos que no superaban los 200 mil dólares y en...

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