Cable a tierra - 9 de Julio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 577463286

Cable a tierra

La mayoría de los éxitos deportivos chilenos no han perdurado básicamente porque no ha habido una política de desarrollo a partir de ellos, sino que un modelo de rentabilidad cortoplacista detrás de los mismos. Y eso que en tiempos pretéritos no existían las sociedades anónimas deportivas... ¿Es esta selección nacional mejor de lo que era antes de ganar la Copa América? A simple vista no, pero tiene ahora una conquista que la hace diferente, única, y en consecuencia la opción de generar una oportunidad de cambio que traspase los límites de la cancha de fútbol y abarque un ámbito estructural.

Nadie discute que la Copa América es un logro inédito, de envergadura, quizás irrepetible en mucho tiempo una vez que expire competitivamente esta generación dorada. Pero aún mayor es la ocupación que supone. Quienes piensen que a partir del sábado se ha empezado a escribir una nueva narrativa del fútbol chileno, que incluso podría contagiar al resto de los deportes, olvidan o ignoran que la selección está a años luz de reflejar el nivel del fútbol local y sus estrellas, más aún de ser una aproximación a los exponentes de las otras disciplinas.

La base del fútbol chileno se intersecta con los sucesivos fracasos que hemos tenido en los torneos internacionales de clubes y se desmarca de los logros de la selección. Por eso se entiende la emoción del hincha, la enajenación del fanático, el dislate de algunas autoridades y el delirio de relatores que cuando gritan los goles chilenos revelan la épica de una legendaria carga de padecimientos colectivos. Que edifiquemos una nueva estructura a partir de lo que ha hecho la selección en la última...

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