Con los caballos en el ADN - 3 de Abril de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 675055013

Con los caballos en el ADN

Ricardo de la Fuente Riveros, 74 años, es un huaso de tomo y lomo, que antes de las siete de la mañana está esperando que aclare para partir a ver sus animales y su campo en las cercanías del río Rahue, a 20 km de Osorno.

Dueño de una brillante carrera deportiva, con tres campeonatos nacionales de rodeo y considerado el jinete del siglo XX por la Federación del Rodeo, exitoso también como criador de caballos chilenos, ha sabido conjugar su pasión por los caballos con su trabajo como productor lechero y con ser colaborador de grandes criaderos, como La Amanecida y Santa Isabel.

Ya retirado del rodeo, pero no así de la crianza de caballos en su criadero Río Claro, todavía se da maña para salir a algún rodeo local con su nieto Nicolás Frohlich, flamante agrónomo a quien paso a paso le ha ido inculcando el amor por el campo y los caballos. De él espera que lo supere en títulos y logros y que siga con el vicio de los caballos. Nicolás ya fue campeón universitario.

Cuando se apresta a ser el jurado del Sello de Raza del Campeonato Nacional 2017, la Revista del Campo distingue a De la Fuente con el Premio a la Trayectoria, por su brillante paso ganador en el rodeo, la crianza y la dirigencia. No en vano fue el artífice, hace un par de décadas, de la construcción del techo de la medialuna de Osorno, que fue la primera en su tipo en el país.

Los Tres títulos

El récord de "Cacaro" de la Fuente es haber alcanzado tres campeonatos nacionales, con diferentes compañeros, pero nunca pudo defender ninguno de los títulos.

"Nunca supe si había ganado por suerte o porque tenía buenos caballos no más", señala riendo. Curiosamente también, nunca fue campeón mientras estuvo en el criadero Santa Isabel, a pesar de que estuvo a un paso varias veces, con Eduardo Tamayo, Juan Carlos Loaiza y Luis Eduardo Cortés.

Su primer título lo ganó en 1972 con su amigo Ubaldo García.

"Ninguno de los dos andábamos muy de a caballo. El corría una yegua que ya venía en bajada, que se llamaba Borrachita, que nos prestó nuestro amigo Ramón González, y yo corría una que se puede decir que la arreglé entera, que se llamaba Risueña. Era muy atajadora, pero no era buena, y ese día tuvimos la suerte que hay que tener para ganar. Los novillos eran tremendos. Al día siguiente pesaron 500 kilos", recuerda.

Fue un rodeo de pocos puntos, 17 lograron De la Fuente y García.

"En esos años la cosa era así. Los jurados eran más estrictos me da la impresión; además, no estaba el punto de salida. Costaba hacer los 17 puntos. Los toros eran verdaderos bueyes", cuenta.

En ese año lo secundaron los hermanos Hugo y Hernán Cardemil.

El segundo campeonato lo ganó con Julio Buschman, en 1979, en dos hijos del Guardián, Agora Qué y Rastrojo.

El Rastrojo era...

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