Buscando la Navidad en Nueva york
Quizá sea por esa veloz sucesión que uno puede ver escenas como la de un restaurante en la esquina de Park Avenue con la 32: junto a la pizarra del menú figura una calabaza en un costado y, al otro, un árbol decorado con figuras angelicales.
"Tenemos una fiesta tras otra, y estamos todo el tiempo preparándonos para el evento que viene", dice Jennifer -que tiene dos niños y trabaja en un edificio cercano al restaurante-, y luego comenta que los últimos meses del año son de locura. Pero que los energizan.
Son las cuatro de la tarde de un martes de mediados de noviembre y falta más de un mes para Navidad. Jennifer ya está pensando su plan para celebrar el 25. Nuestro propio plan es buscar la Navidad ahora mismo en Nueva York, siguiendo algunas escenas retratadas en infinidad de películas, desde Milagro en la Calle 34 hasta Mi pobre angelito.
Y en esa búsqueda, algo se nota de inmediato: haciendo honor al estereotipo cinematográfico, la ciudad se ilumina en estos días previos a la llegada de Santa Claus. La primera gran diferencia es que ni la televisión ni el cine permiten sentir los dos grados celsius bajo cero que hay aquí y ahora.
Milagro en la Quinta Avenida
The Ride es un bus turístico que recorre varios hitos de la ciudad, junto a dos guías más eléctricos que las luces de las vitrinas. Se detiene, por ejemplo, en Columbus Circle, que es una de las entradas al Central Park, en la intersección de Broadway, Central Park West, Central Park South y la Octava Avenida. Aparece entonces el primer gesto navideño: una pareja de bailarines ejecuta un pas de deux al son de un arrullador Cascanueces. Alrededor de la plaza-rotonda, llamada así en homenaje a Cristóbal Colón, varios transeúntes observan y aplauden. Los bailarines agradecen al improvisado público y a quienes vamos en el bus.
Columbus Circle está cerca del Plaza Hotel, donde se alojó Kevin McAllister, el personaje de Macaulay Culkin en Mi pobre angelito 2, la película que transcurre -igual que la primera parte- en los días prenavideños, cuando se separa de su familia y es acosado por los ladrones Marv y Harry.
Cuando Kevin llega a Nueva York, tras equivocar la puerta de embarque en el aeropuerto, lo primero que hace es registrar con su cámara Polaroid los grandes rascacielos y pasear por las tiendas con la tarjeta de crédito de su padre. Es un buen recorrido para seguir. Al fondo se ven las millares de pequeñas luces blancas de la Quinta Avenida. Según consta en el anecdotario neoyorquino, esta tradicional decoración comenzó a utilizarse el 22 de diciembre de 1882, cuando Edward Hibberd Johnson, vicepresidente de la Edison Electric Light Company, adornó por primera vez su árbol navideño con luces eléctricas. Para eso utilizó 80 lámparas blancas y azules que él mismo diseñó e instaló en...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba