En busca de las ballenas del Canal Darwin
"Agora, search". La periodista brasileña Mônica Guimarães enunciaba en una mezcla de portugués e inglés lo que ya todos sabíamos que debíamos hacer: buscar. Buscar columnas de agua que se dirigieran de abajo hacia arriba.
Frente a nosotros había agua, mucha agua. Nos encontrábamos en zonas costeras australes, exactamente en la latitud 45 grados sur, y los chorros que buscábamos se supone que aparecerían desde la superficie de las aguas y provendrían de una de las variedades del mamífero marino más grande en la Tierra: las ballenas sei. El único requisito era la paciencia.
Eran las tres de la tarde en el canal Darwin, Patagonia chilena, Región de Aysén. En la proa del catamarán "Chaitén" solo había silencio.
Cinco horas antes habíamos zarpado de Puerto Chacabuco, a 15 kilómetros de Puerto Aysén. El objetivo de nuestra excursión era adentrarnos por los canales patagónicos, uno de los sectores menos explorados de la región, para avistar cetáceos.
El canal Darwin fue el lugar elegido, pero no porque llevara el nombre del célebre naturalista inglés. El Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) lleva un año estudiando los canales entre el sur de las Guaitecas y el Darwin, y concluyó que este era el lugar donde se obtenían más registros de avistamientos de delfines y ballenas. Así que partimos al lugar en el que sería el viaje inaugural del catamarán "Chaitén", que maneja la empresa Catamaranes del Sur, la misma que va a la Laguna San Rafael.
Amaneció despejado, algo poco usual en Puerto Chacabuco. Poco antes de las 10:00 de la mañana, las 70 personas que éramos parte de la excursión estábamos en el puerto frente al "Chaitén", una nave con capacidad para 100 pasajeros y que tiene dos cubiertas. Entre estas personas estaba Óscar Catalán, el alcalde de Aysén; autoridades de gobierno, los principales operadores turísticos de la región y periodistas de diarios locales, nacionales y brasileños. Había entusiasmo en el aire. Las expectativas eran altas.
Al cabo de unos minutos la nave zarpó hacia el canal Darwin. El "Chaitén" se alejó de Bahía Chacabuco y salió hacia los canales por el fiordo Aysén. Este brazo de mar estaba calmado y más parecía un lago. Durante la navegación el paisaje impresionaba: cerros de un verde infinito, cuyos árboles llegaban prácticamente al agua. Una inesperada escena de total tranquilidad. El único movimiento era el de nuestra embarcación.
Mientras servían el desayuno, el guía Ricardo Vargas explicó que...
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