Lo bueno, lo malo y lo feo en materia fiscal - 24 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 729685285

Lo bueno, lo malo y lo feo en materia fiscal

A tres meses de haber asumido, el Gobierno ha realizado importantes anuncios en materia fiscal. Lamentablemente, el asunto Harvard relegó a segundo plano temas económicos centrales que es importante analizar. El Gobierno, tras criticar ácidamente a la administración anterior, ha mostrado sus cartas: su regla fiscal; los nuevos integrantes del Consejo Fiscal Asesor (CFA); un proyecto de ley para otorgarle autonomía; nuevas estimaciones de gasto sobre lo presupuestado, y un ajuste fiscal para 2018 y los próximos años.

La regla fiscal anunciada compromete disminuir el déficit fiscal estructural en 0,2% del PIB por año, desde una estimación de 1,8% en 2018 y hasta 1% del PIB en 2022.

¿Son pasos en la dirección correcta? Posiblemente a nivel de intenciones; sin embargo, no deja de ser preocupante la imprecisión en la información y la inconsistencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Lo bueno

Es muy importante que se haya explicitado un objetivo fiscal anual. En el gobierno anterior del Presidente Piñera, en parte porque no era clara la situación estructural inicial, solo se comprometió a un punto de llegada para fines de su gobierno. La administración anterior partió igual, sin un objetivo de corto plazo. Posteriormente, retomamos la práctica, a estas alturas imprescindible, de tener un objetivo anual.

Establecer una meta a cuatro años plazo en materia fiscal equivale a que un amigo que se encuentre con unos kilos de más se proponga bajar de peso de aquí a dos años. Evidentemente, eso es muy difícil de alcanzar si no hay objetivos intermedios, de corto plazo. Para poder bajar esos kilos en dos años, nuestro amigo necesita tener la pesa a mano y ponerse metas a intervalos regulares.

Otro acierto en materia fiscal es el envío de un proyecto de ley para dotar de autonomía, recursos y nuevas responsabilidades al CFA. Poner en tabla esta discusión es muy positivo.

Asimismo, el ajuste para 2018 es también un paso que hay que celebrar. Es cierto que, por ser generalizado, desdibujó algunas prioridades (lo cual gatilló una embarazosa rectificación de decisiones ya tomadas por Hacienda, historia aún en desarrollo). También es cierto que, más que un ajuste, será una reasignación. Pero es saludable no olvidar que los recursos son limitados.

Lo malo

Aunque es debatible cuán rápido debe avanzar la consolidación fiscal, el esfuerzo que se propone con la nueva regla es poco exigente, lo cual contrasta con la histeria fiscal con la que comenzó este...

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