BRICS: Promesas por cumplir - 7 de Marzo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 559996038

BRICS: Promesas por cumplir

La apuesta por los países emergentes como motor de crecimiento tiene larga data. En principio, sus economías deberían ser más sensibles a reformas estructurales provocando ganancias de productividad. Asimismo, la entrada de capitales a esos países debería incentivar la formación bruta de capital, el desarrollo de los mercados financieros, dinamizar y potenciar a las pequeñas y medianas empresas, hacer los mercados laborales menos rígidos y generar empleo.

Sin embargo, dichas naciones no han cumplido del todo las expectativas. Junto a importantes falencias en la institucionalidad económica, política y social, no se ha aprovechado plenamente la oportunidad de perpetuar su crecimiento. Eso explica que la historia económica del último siglo esté caracterizada más por frustrados casos de transición que por éxitos.

El caso más reciente viene de los países BRICS. El año 2001 se acuñó el término, que hace referencia al grupo de naciones que se suponía se convertirían en las economías dominantes hacia el 2050: Brasil, Rusia, India y China, a las que se sumó en el 2011 Sudáfrica.

Estos países fueron "elegidos" por su enorme población (representan cerca del 40% de la población mundial), inmensas economías (según el Fondo Monetario Internacional, el grupo explica en torno al 20% del producto mundial), su riqueza en recursos naturales y su participación en el comercio mundial. Esto último producto, en parte, del gran atractivo que dichos mercados representaron para los inversionistas globales, que buscaron refugio de los vaivenes que experimentaban las economías desarrolladas tras la crisis financiera.

Diversos motivos para un menor dinamismoEl acrónimo que por más de diez años fue sinónimo de crecimiento y desarrollo económico futuro ha comenzado a ser reinterpretado. En este contexto, el 2014 fue un año particularmente duro para los países BRICS.

China, la segunda economía del planeta, creció un 7,4% durante el año recién pasado, levemente por debajo de su meta de 7,5%. La cifra es la más baja desde 1990 y fue influenciada por las dudas respecto de la real estabilidad de una economía que comienza a sufrir los estragos del peculiar modelo de desarrollo impulsado por el Partido Comunista. Rusia, por su parte, otro engendro de un modelo fracasado, tuvo un magro desempeño económico en el 2014, con un crecimiento de solo un 0,6%. La fuerte caída del precio del petróleo y las sanciones económicas producto del conflicto con Ucrania han sido factores clave...

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