Brasil y su nueva Presidenta - 3 de Enero de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 236502702

Brasil y su nueva Presidenta

Enviando una señal clara de continuidad, Dilma mantuvo en su gabinete a ocho ministros o subsecretarios de Lula, y nada menos que a quienes fueron responsables del manejo económico: Antonio Palocci, como jefe de gabinete; Guido Mantega en Finanzas, y Nelson Jobim en Defensa. En Relaciones Exteriores, si bien no retuvo a Celso Amorim, sí designó a un hombre muy cercano a éste, Antonio Patriota, quien tendrá la tarea de seguir adelante con una política exterior dedicada a ubicar a Brasil en las grandes ligas y a consolidarse como potencia regional. Muchos cargos intermedios también estarán en manos de hombres de confianza de Lula, como una demostración de que la delfina del ex líder sindical tiene en alta estima el juicio de su mentor para designar a su equipo de gobierno. No obstante, quedó en deuda con la promesa de mayor presencia femenina en el gabinete: la había fijado en 30 por ciento, pero apenas llenó cinco cargos.

Con una moneda fuerte, una controlada y baja inflación, niveles de desempleo históricamente bajos e índices sociales que han mejorado, a Dilma le quedan varios desafíos pendientes. El primero es seguir con el ritmo de crecimiento económico que ha permitido a Brasil dejar atrás años de inestabilidad. Con una deuda alta y elevados gastos públicos, que se dispararon durante la campaña electoral, el nuevo gobierno deberá cumplir su promesa de hacer recortes al presupuesto del próximo año.

Otro desafío pendiente es el control del narcotráfico y la violencia resultante en los principales centros urbanos. La militarización de las más peligrosas favelas cariocas, junto con la incorporación de los po- bladores a ese objetivo, tuvo exitosos resultados, y quizás ésa sea una estrategia que el nuevo gobierno deba profundizar.

En otra línea, Dilma hereda de Lula el compromiso de organizar el Campeonato Mundial de Fútbol, en 2014, y los Juegos Olímpicos en 2016, dos colosales proyectos deportivos que para Brasil son muy significativos. Preparándose para estos eventos, Rousseff mantuvo en su cargo al ministro del Deporte.

Rousseff, una política que nunca había sido elegida para un cargo público, deberá ahora jugarse para tener éxito en su gestión, ganar su propia popularidad y obtener el derecho a presentarse a la reelección en 2014. Si no lo logra, Lula parece dispuesto a esperar y ver si tiene él otra oportunidad electoral.

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