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Bosque y cervezas en Huelquén

Fecha de publicación28 Abril 2024
"E sta es nuestra guardería, el corazón de nuestro proyecto de reforestación", dijo bajo la sombra de un amplio invernadero Fabián Rodríguez, el guardaparque del Santuario de la Naturaleza El Ajial , un área de conservación privada de 2.134 hectáreas ubicada en Huelquén, comuna de Paine, a una hora de Santiago. "Aquí hacemos germinar peumos, lingues, quillayes, maitenes, molles, pataguas, arrayanes y canelos. Luego, cuando estas alcanzan un metro de altura, las vamos plantando estratégicamente para hacer crecer este bosque esclerófilo", agregó.
Solo unos minutos antes, junto con Fabián y otros 20 visitantes habíamos subido por la ladera de un cerro y, una vez arriba, nos había invitado a tocar las hojas gruesas de las distintas especies, a conocer más sobre sus raíces y, sobre todo, a oler la frescura natural de este lugar.
A las 10 de la mañana de un sábado llegamos hasta las modernas instalaciones de la cervecería La Montaña , ubicada en las faldas de El Ajial, para conocer una experiencia de turismo y naturaleza que ofrecen estos dos lugares en conjunto. Al comienzo, Fabián Rodríguez nos condujo hábilmente por una huella que se adentraba entre peumos, boldos y litres, especies características del bosque esclerófilo. Así, empezamos a ver lo que ya se nos había anunciado: un verdadero oasis de vida nativa. Había árboles de todo tipo, insectos, mariposas, hasta vimos una araña pollito y también dimos con un viejo horno de carbón. Según Fabián, estos cerros antiguamente eran explotados y de ahí quedaron las huellas de la producción de este material oscuro.
"Don Augusto Llantén, también conocido como 'El Yuta', fue un arriero que vivía en estas montañas y se encargaba del carbón. Antiguamente él bajaba su producto a caballo, con carretas, y lo vendía en Lo Valledor. Es un personaje muy recordado en la zona porque sabía mucho del bosque y prácticamente se alimentaba de lo que hay acá, masticando boldo y conociendo las especies comestibles de este ecosistema", contó Fabián.
Luego seguimos subiendo y nos internamos por una zona más densa. Los árboles aquí rodeaban dos escénicos pozones que se formaban gracias al curso del estero El Ajial. "Acá podemos ver...

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