Bomberos golpeados - 9 de Abril de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 632370525

Bomberos golpeados

Hasta ahora no había querido dar entrevistas, pero el revuelo que ha tomado la campaña nacional "No más agresiones a bomberos" en redes sociales le hizo ver que no estaba sola y cambió de opinión.

Catalina prácticamente se crió en los cuarteles y es bombera como lo fue su abuelo, su bisabuelo y sus tíos. A los 15 años entró oficialmente a la institución. Esta pasión, cuenta ella, le había dado solo satisfacciones. Pero algo se quebró cuando tratando de apagar el fuego que afectó a nueve viviendas en 15 Norte con 3 Oriente de Talca, terminó malherida.

Catalina estaba de vacaciones. Pero cuando "se elevaron los tonos del cuartel", la voluntaria se puso en alerta. "10-0", escuchó por radio. Se trataba de un incendio estructural (fuego en vivienda) para el que la central pedía apoyo de otras compañías, además de la suya.

El humo se divisaba a varias cuadras de la población José Miguel Carrera, un sector de Talca que en el mapa de bomberos está pintado de rojo por ser considerada una zona de riesgo. Estos puntos se caracterizan por tener viviendas de material ligero que están pegadas unas a otras, lo que aumenta el peligro de propagación del fuego.

Catalina bajó con el equipo de respiración autónoma dispuesta a detener las llamas. Pero una veintena de personas salieron a encontrarla.

-Apenas me bajé del carro supe que estaba en un infierno: había como seis casas quemándose, y la gente corría de un lado a otro. Entre medio nos insultaba. "!Apúrense hue... lentos¡", gritaban. Un grupo trató de quitarme la manguera y me empezó a dar combos en el lado izquierdo del cuerpo. En ese forcejeo uno me empujó y terminé azotando la cabeza contra un muro -recuerda.

Catalina no se detuvo. La adrenalina la mantuvo en pie y cuando los vecinos la escucharon reclamar la línea de agua y supieron que detrás del equipo de respiración autónoma había una mujer, se la devolvieron. La voluntaria, que además es ayudante de comandancia, rápidamente tomó decisiones: si no detenía el fuego pronto, este también consumiría a la casa colindante, por lo que con sus compañeros subió al techo de la vivienda que aún no se quemaba para disparar el agua desde allí.

-Pero los pobladores subieron tras de mí y comenzaron a gritarme. Decían que éramos cobardes porque no nos metíamos directo al fuego, pero en este tipo de incendio, aunque uno ande equipado, lo que tiene que hacer es evitar que este destruya lo que aún se puede salvar -explica Catalina.

El agua del carro perdió presión y los grifos estaban en mal estado, así que Catalina bajó a solucionar el problema. Estaba en eso cuando se mareó y perdió oxígeno. Hasta que se desvaneció.

-No me acuerdo de nada más hasta que desperté en la ambulancia. Estuve como 10 minutos inconsciente. Nunca pensé que me iba a pasar algo así. Por el hecho de ser bombera, no solo te protegen tus compañeros, sino que la gente en general. Pero la violencia no tuvo límites y me tocó también -dice.

El diagnóstico que le dieron en la clínica Lircay fue claro: Catalina sufrió un traumatismo encefalocraneano cerrado que la tuvo aquejada de fuertes jaquecas y mareos de los que recién se recupera.

Mientras estaba en reposo, los bomberos de Talca salieron a la calle a protestar haciendo sonar las sirenas de sus carros. Catalina no era la única voluntaria en esa condición. A Víctor Polidori (38), voluntario de la Séptima Compañía, también lo habían golpeado durante una emergencia en la Villa La Paz y los cuarteles de la Quinta y Sexta habían sido apedreados.

Catalina no se lo explica. Aunque hace una semana volvió a ser...

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