La bitácora de los encuentros del Papa con los obispos chilenos - 20 de Mayo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 721876609

La bitácora de los encuentros del Papa con los obispos chilenos

Viernes 18 de mayo,

7:00 horas, Roma.

Era una mañana soleada en el Vaticano. La temperatura bordeaba los 18 grados, nada de mal considerando que fue una semana en que poco o nada se vio de la prometedora primavera italiana. El Papa Francisco, como todos los días, se dirigió hasta la pequeña capilla ubicada en su residencia, en Santa Marta. Frente a unos cincuenta invitados, ofició la misa matutina. "La identidad de un obispo, de un sacerdote, es ser pastor", dijo.

En el Vaticano, nada es casualidad. El Pontífice decidió pronunciar estas palabras menos de 24 horas después de haber recibido la renuncia de una treintena de obispos chilenos. Un hecho inédito.

"Ponte en tu lugar -continuó Francisco-, no vayas a meter la nariz en la vida de los demás. El pastor ama, pastorea, se prepara a la cruz, al despojo y no mete la nariz en la vida de los demás, no pierde tiempo en acuerdos, en los acuerdos eclesiásticos".

A unos quince minutos a pie de esa capilla estaban los obispos chilenos preparando una declaración que leerían horas más tarde y que terminaría con los trascendidos de posibles renuncias en la Conferencia Episcopal.

Para sorpresa de todos, los prelados Fernando Ramos y Juan Ignacio González -designados como voceros- anunciaron que los arzobispos y obispos habían resuelto poner sus cargos a disposición de Francisco.

La declaración fue escueta: No duró más de quince minutos y no se aceptaron preguntas de los más de cincuenta periodistas que estaban ubicados en la Sala Pío X, a tres cuadras de la Plaza de San Pedro. Fiel reflejo de lo que había sido la semana en los alrededores del Vaticano, marcada por el absoluto hermetismo de los obispos y reuniones a puertas cerradas.

Remociones

Desde que llegó a Roma, al arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, se le vio una sola vez: En el Aeropuerto Fiumicino, cuando iba a tomar el vuelo de regreso a Chile. Acompañado por monseñor Alejandro Goic, Ezzati evitó dar declaraciones, a pesar de las insistentes preguntas de la prensa. Incluso, al momento de ser fotografiado, se molestó y amenazó con denuncias.

El mismo hermetismo se repitió en el caso de monseñor Juan Barros, a quien las víctimas de Fernando Karadima le atribuyen encubrir abusos. Al estar alojando en la residencia del Papa, en Santa Marta, nunca se le vio en lugares públicos. Solo fue fotografiado una vez, en el mismo aeropuerto donde lo fue Ezzati, pero cuando iba llegando a la capital italiana. Como es de esperarse, evitó referirse a las...

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