Bibliotecas - 17 de Enero de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 553103426

Bibliotecas

Echo de menos a mi biblioteca. Me he cambiado de casa tres veces en estos últimos años y en las dos primeras me fui con todos mis libros a cuestas. La última, no. En una de esas estancias, además, los pilló el terremoto del 2010 y lanzó de modo cruel y arbitrario los anaqueles abajo formando pilas muy diversas, una mezcolanza que, incluso con ayuda, apenas alcancé a reordenar hasta que me vi forzado a trasladarlos nuevamente hacia su destino actual, a unos 400 kilómetros de donde vivo ahora y desde donde escribo esta columna. Es cierto que no la añoro siempre, sino en circunstancias como estas, en que imagino que si pudiera pasearme frente a ella e ir observando los lomos de los libros (doblando la cabeza cuando van dispuestos de manera horizontal), hurgando aquí y allá, abriendo por cualquier parte un libro que me tinca, leyendo un fragmento y, a veces, dejándome llevar por su lectura, quizá, podría encontrar una fuente sólida de inspiración. Para una persona que ha dedicado su vida a los libros, la biblioteca es un organismo que prolonga su material y externamente su capacidad intelectual. La biblioteca es un espejo de sus gustos e intereses, de las áreas de estudios que ha profundizado, de sus oficios, de sus amores literarios. La biblioteca, así, es tan singular como puede serlo su dueño. No más. Allá a lo lejos, a esta hora, la habitación que habilité para reunir a una mayoría de los libros se encuentra fresca, silenciosa y suavemente iluminada. Pero la casa entera, excluidas zonas en que haya riesgo de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR