La beatería de la sociedad civil - 25 de Junio de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 935897048

La beatería de la sociedad civil

Hay una forma fácil, sencilla, digerible, de referirse a lo que ha ocurrido con la Fundación Democracia Viva y su obtención de centenares de millones de pesos mediante asignación directa.¿Cuál es esa forma fácil, sencilla y digerible, que desata aplausos? Se trata de la condena moral.Pero la condena moral, tanto la que viene de los opositores (!miren lo que hicieron quienes presumían tener mayor estatura moral¡, exclaman) como la que proviene de los partidarios de ese partido (no podemos permitir que nuestros principios sean mancillados de esta forma, dirán por su parte), arriesga el peligro de que todo esto se moralice, olvidando que revela una grave falla institucional.Quizá sea mejor entonces, luego de esa condena, preguntarse qué es exactamente lo que permitió que esto ocurriera (y sin duda, haya ocurrido antes y, de seguir todo igual, continuará ocurriendo), y luego de identificarlo, corregirlo.En este tipo de incidentes, por llamarlos así, suelen confluir dos factores: la agencia (un sentido del deber fuerte o débil en quienes participan) y la estructura (que crea un entorno de oportunidad). En este caso parece que el sentido del deber era débil, de manera que puede ser más útil detenerse en el segundo factor: en la estructura y sus defectos, que crean la oportunidad para que estas cosas ocurran.Veamos.Desde luego está el problema del directorio. En este tipo de organizaciones, a diferencia de lo que ocurre en las sociedades anónimas, los directores son virtualmente irresponsables. Mientras en una sociedad anónima, los miembros del directorio responden con su patrimonio personal de los acuerdos dañinos a los que concurren o por la omisión en el cumplimiento de sus deberes, ello no ocurre en el caso de las fundaciones. La responsabilidad de los directores es en los hechos floja, está entregada a un estándar general, el Ministerio de Justicia lleva un simple registro formulario de estas organizaciones, y el escrutinio sobre ellos es casi inexistente. Como no hay principal ante el que deban responder, los directorios son lejanos, puramente simbólicos. Mientras en la sociedad anónima están los dueños (accionistas) que nombran al directorio y frente a los cuales este responde, en las fundaciones no hay dueño y, en realidad, son los administradores los que hacen el papel de tal, y eso explica que el directorio suela estar integrado por personas prestigiosas que la mayor parte de las veces, de buena fe, pero sin conciencia de lo que se...

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