las batallas de Cecilia Hidalgo
La bioquímica que desde fines de marzo se sienta en la testera de la mesa de los 36 miembros de número de Academia de Ciencias -donde solo hay tres mujeres- espera que su gestión como vicepresidenta, junto a la presidencia de María Teresa Ruiz, marque un antes y un después.
-No porque seamos mujeres, cosa que ya es increíble -declara-, sino porque estamos en un momento crítico, donde la Academia tiene que posicionarse en la opinión pública. Tiene que dar una lucha. Mira, yo he dado peleas antes y no tengo problemas en darlas otra vez.
Las batallas que María Cecilia Hidalgo ha dado antes han tenido que ver con la igualdad de género. Le costó hacerse escuchar cuando en dos ocasiones fue investigadora residente en EE.UU. Logró ascender posiciones hasta integrar el consejo de la sociedad norteamericana de biofísica, pero regresó a Chile con ganas de aportar a la ciencia local. Acá dirigió comités académicos que lograron demostrar, entre otros logros, que al interior de la Universidad de Chile las mujeres ganaban menos que sus pares hombres. Todo eso, mientras se dedicaba a investigar por qué las neuronas generan memoria al aumentar la concentración de calcio en su citoplasma, cómo este aumento se relaciona con procesos de oxidación y cómo lograr que ese conocimiento ayude a frenar el alzhéimer.
Pero nada de eso -que ya es bastante- remece con tanto apremio a esta científica como su actual cruzada. Sentada en un sitial antiguo, en el living de su casa en lo alto de Peñalolén, habla con locuacidad. Con la misma agilidad que se mueve por su casa laberíntica, fluye por la ideas. Tiene 75 años y, ni con toda su experiencia, encaja en el estereotipo de mujer meditabunda, silenciosa y analítica que su currículum haría suponer. Ella quiere hacerse escuchar. Ahora. Rápido. Ya.
Hidalgo fue la única mujer premio nacional que el pasado mes de noviembre firmó la carta "Nuestros gobiernos han elegido la ignorancia", donde públicamente se fustigaba la falta de inversión de recursos en ciencia, reflejada en la eventual desarticulación del organismo que administra esos recursos, Conicyt. Pero eso, en su opinión, no bastó: este mes 500 candidatos a doctorados y posdoctorados -entre ellos alumnos de Hidalgo- salieron a la calle a protestar por la demora de 5 meses en la entrega de recursos para la investigación.
-Lo que está pasando en este país con la ciencia es un crimen, así de fuerte -acusa-. Nosotros, como científicos que volvimos a Chile pudiendo habernos quedado afuera, no podemos creer cómo se trata a la ciencia acá. Hemos formados generaciones de científicos que en cualquier congreso de, por ejemplo, biología celular, se lucen. Afuera nos preguntan cómo tenemos una ciencia de tan buen nivel. Pero eso se va a acabar. A todos mis alumnos se los pelean, les va estupendo, pero no hemos tenido el apoyo para lograr desarrollar a Chile en ciencia como el país podría hacerlo. O sea con un poco más de apoyo... No te estoy hablando de cifras estratosféricas. Sino que subir del 0,35% al 0,7% del PIB.
-¿El temor es que esos científicos, a diferencia de su generación...
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