La batalla de Carlos Zepeda
Es el Mandatario, quien le cuenta que él y su esposa acaban de estar con el Papa y que juntos le pidieron por su salud.
Carlos Zepeda le da las gracias, cuelga y se pone a llorar.
Hoy martes, sentado en su casa en Los Dominicos, con 25 kilos menos que hace cuatro años, con una cabellera que recién comienza a salir, un andar pausado, de jeans, y con una casa silenciosa al mediodía, Carlos Zepeda recuerda cuando en octubre de 2009 tuvo que enfrentar una difícil decisión: 10 días antes del matrimonio de su hija mayor y en medio de unos exámenes de rutina le diagnosticaron Linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer al sistema linfático, una enfermedad en principio benigna dentro de la gravedad que implica tener cáncer. Y dudaba si decírselo a su hija o no. Finalmente junto a su mujer decidieron que sí.
-Este no es de los cánceres más agresivos, es de los más curables, pero yo desgraciadamente estoy en los grados de excepción de la norma. Se dio así -dice.
La mayoría de sus amigos, entre ellos el Presidente Piñera, se enteró solo días antes del matrimonio.
-Para nadie es fácil aceptar que te encuentren algo de este tipo. Al principio sentí una angustia enorme, pensaba en qué iba a pasar, uno siente que no lo va a poder manejar, desde dejar a tus niños, hasta iniciar una etapa con la que uno no tiene ninguna preparación ni conocimiento de cómo va a ser. Pero esa angustia no me duró mucho, dos meses tal vez.
Se queda en silencio un rato, toma agua y continúa.
-Después uno aprende a convivir. Yo soy de mentalidad positiva y con el tiempo he logrado ver muchas situaciones buenas como consecuencia de la enfermedad, aunque eso no quita que hubiera preferido no tenerla, y créeme que lo digo de corazón. Y eso va desde que con estas situaciones uno se puede dar cuenta de lo privilegiado que es en la familia y con los amigos, pasando por ver cómo tus hijos, en un proceso que no es fácil, crecen como personas, maduran, y al final son capaces de seguir adelante y bien, hasta ser testigo del fortalecimiento de tu relación matrimonial. Son cosas que para mí tienen muchísimo valor y si para tener que haberlas vivido como las he vivido, tengo que vivir unos años menos de los que se supone que debería, bueno. Si al final lo único que sabemos todos es que vamos a morir, ya sea porque me atropellen mañana, o por una enfermedad -dice.
En estos cuatro años Carlos Zepeda ha pasado por distintas etapas médicas y anímicas. Desde el punto de vista médico, le acaban de hacer un trasplante de médula. Es el segundo que le realizan: el primero fue a fines de 2011, antes de que el Presidente Sebastián Piñera lo pusiera a la cabeza del directorio de TVN en mayo de 2012.
Acaba de pasar durante 20 días en una burbuja en la clínica: tras la operación sus defensas quedaron muy bajas; ahora está en su casa, porque primero debe acostumbrarse a ese medio ambiente antes de volver a vivir una vida seminormal.
-Los doctores están confiados en que esta vez ande todo bien, no lo vamos a saber hasta unos meses más. Después de eso igual, como todo cáncer, tiene que pasar un periodo largo antes de decir: lo superé. Desde el punto de vista personal, tuve que tomar una decisión en el sentido de qué hacer: dedicarme a dejar las cosas ordenadas o hacer mi vida normal. Decidí lo segundo, porque por mi forma de ser no me imagino sentado, esperando. Lo que hago me gusta, es lo que me mantiene activo.
Lo que sí dejó de hacer fue andar a caballo, también deportes como el tenis, algo que le duele, aunque por ahora está resignado. Durante un tiempo trató de seguir haciendo todo, aunque no podía. Hoy no. Dice que se cansa por todo. Que no puede caminar cinco cuadras, ni trotar media. Debe dormir sagradamente siesta todos los...
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