El barroco vivo en la Pascua de Negros en La Tirana - 20 de Enero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 757242917

El barroco vivo en la Pascua de Negros en La Tirana

Cinco de enero. Atardece en la explanada. Frente al santuario de la Virgen del Carmen de La Tirana, las banderitas de papel plateado colgadas entre los árboles y postes emiten reflejos intermitentes con el movimiento del viento, iluminadas por el sol poniente. Los niños corren de un lado a otro de la gran plaza, mientras se va recortando la silueta de los tamarugos contra el cielo nortino y los carros de comida callejera atendidos por chilenos y peruanos despachan a destajo empanadas fritas, sopaipillas, anticuchos y completos.Cuando la Iglesia Católica celebra la Fiesta de la Epifania, el 6 de enero, y en varias partes de Occidente se reciben regalos conmemorando la llegada de los Reyes Magos, en medio de la Pampa del Tamarugal, a 72 kilómetros de Iquique, se prepara la Pascua de Negros. Una fiesta originada en el sincretismo católico-andino en el Virreinato del Perú, que hunde sus raíces en el Imperio Inca, se construye en la evangelización española y se consolida en la industria minera y salitrera, cuando aún este territorio era peruano.En las casas se levantan los parabienes, espacios presididos por un gran pesebre hecho por todos los integrantes de la familia que representa sus tradiciones y sentido de pertenencia, tanto en la recreación de los paisajes como en el tipo de animales que se colocan, las vestimentas de las figuras y otros múltiples objetos, en conjuntos atiborrados de ornamentos y luces. Hasta ellos llegan los bailes invitados por la familia para rendir honores al Niño Dios. Signos de la alegría de la fiesta son las peritas de Pascua, la chicha, el chocolate, las rosquillas y las galletas que se reparten entre todos los asistentes.Familias enteras, hombres y mujeres de todas las edades, tanto vecinos del pueblo como residentes en Iquique, Arica, Antofagasta y en comunidades cercanas, aimaras y quechuas, comienzan a repletar el centro histórico de esta localidad de menos de 800 habitantes, conocida masivamente por la Fiesta de la Virgen del Carmen de La Tirana, el 16 de julio, cuando más de 200 mil personas se toman sus calles polvorientas entre bailes, música y bullicio, convulsionando por una semana su tranquilo ritmo habitual.Distinto es en esta ocasión. Si bien la iglesia, la plaza, las calles, las casas y los locales comerciales se llenan de gente y de vida, y más de quince bailes hacen su arribo al pueblo, no son más de 10 mil personas las que se congregan el día de la Pascua a la hora de máxima concurrencia. Se trata...

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