El barrio que le cambia la cara a CALI
Bruno Leone abre su billetera. Saca dos fotos. Están arrugadas y algo borrosas. Muestran unas pequeñas cabezas; están detrás de una vitrina y no queda claro si son de piedra o cerámica.
-Estas fotografías las tomé en un museo de Creta. Vea: allí está Pulcinella.
Leone apunta a un rostro cubierto por una máscara de nariz prominente.
-Pulcinella existe desde hace miles de años. No nació en Nápoles, como muchos piensan, sino que viene del comienzo de la humanidad.
Las más de 100 personas que llenaron el teatro de la Casa de los Títeres para ver Historias de Pulcinella caminan ahora a lo largo del barrio de San Antonio para extraviarse luego hacia el resto de Cali. La mayoría se pierde la explicación de Leone. Solo queda un puñado de artistas que están participando en la versión 16 del Festival Internacional de Títeres de esta ciudad colombiana.
Hasta hace poco rato, Leone logró algo que parece complejo: que niños y adultos siguieran una historia hablada en dialecto napolitano. No solo eso. También consiguió que rieran cuando el verdugo trataba infructuosamente de ahorcar al protagonista como castigo por haber matado una mosca. Y, lo más importante, logró que Pulcinella hiciera "desaparecer" al hombre que lo animaba con su mano.
Los titiriteros se organizan para cenar en un restaurante caleño. La Casa de los Títeres está en una construcción pareada de inspiración colonial. Es estrecha y profunda, y es también una casa típica del barrio de San Antonio. Leone es inmune al hambre de sus jóvenes colegas y se parapeta en el vestíbulo para disparar teorías sobre Pulcinella. No deja tiempo para preguntas. Solo se puede asentir. Me entero de que el títere fue popularizado gracias a la Commedia dell'Arte en el siglo XVI y que, más importante, expone las luchas entre el orden y el deseo, y también entre la vida y la muerte.
-¿Quieres ir a comprar unas cervezas? -lanza Leone de pronto.
La propuesta parece imposible de rechazar, especialmente en consideración al calor tropical que baña a Cali.
Gerardo Potes, el creador de la Casa de los Títeres, interrumpe el monólogo de Leone y recuerda que mañana los titiriteros deben levantarse temprano: hay nuevas presentaciones.
Potes lleva 35 años en el rubro y le tomó los primeros 16 de su carrera para levantar su teatro en el barrio de San Antonio.
-Cuando niño atravesaba San Antonio para subir al parque que está más arriba. Me gustaba el barrio. Siempre quise estar aquí -dice Potes.
"Aquí" es todo lo que está alredor de la colina de San Antonio: el...
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