BARRA DA TIJUCA antes de la invasión - 30 de Agosto de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 581398998

BARRA DA TIJUCA antes de la invasión

-¿Qué tal es Barra da Tijuca?

El periodista carioca medita la respuesta. Es de noche en Copacabana, la famosa playa de Río de Janeiro, y el jolgorio en la terraza del bar obliga a extremar el oído.

-Es para los 'new richs'. Es gusto de gente que se siente bien en Miami. Está todo en inglés, lleno de malls. Barra no es Río -dice Carlos como una sentencia.

Tomo un trago de mi caipirinha para pasar el momento. Casi dudo de mi objetivo y de la reserva de hotel por tres noches en Barra da Tijuca. Era una oferta de último minuto bastante más barata que las que pude encontrar en Copacabana, Leblón e Ipanema, las playas que construyeron la fama de Río.

Cuando Carlos dice que tiene que irse, me deja inquieto. Con los otros dos amigos que nos acompañaban, el sevillano Calixto y la moscovita Anna, aprovechamos de dejar el bar, cruzar la calle y acomodarnos en uno de los tantos chiringuitos de Copacabana. Dos caipirinhas después, las olas del Atlántico se vuelven irresistibles. El grupo se lanza a nadar en medio de la oscuridad. Calixto salta de emoción.

-!Es que me quedo a vivir en Río¡ -grita.

Santiago vive en estos días la lluvia más intensa de su extraño invierno, mientras en Copacabana uso pantalones cortos y polera en plena noche. Debo partir a Barra da Tijuca a la mañana siguiente. Luego de las palabras de Carlos Viera, casi temo que me estoy autoexpulsando del paraíso.

-Nos vamos a demorar un poco más en llegar a Barra. Las calles están cerradas por el triatlón. Están probando todo para los Juegos Olímpicos -dice el taxista.

Los minutos pasan. El taco no cede y el taxi no tiene aire acondicionado ¿Por qué no me quedé en Copacabana? Agradezco haber negociado antes la tarifa del viaje y no tener que andar preocupado por el taxímetro. Los apenas 23 kilómetros de distancia se transforman en un viaje de casi una hora.

Las fotos de Barra da Tijuca en la década de los 80 muestran esta zona como un sitio baldío salpicado por tres lagunas -Tijuca, Jacarepaguá y Marapendi- conectadas al mar. Una sucesión de abruptas montañas costeras la mantenía aislada del resto de Río de Janeiro. Lo más llamativo de la zona era el autódromo de Jacarepaguá, donde se corría la Fórmula 1. Sin embargo, bastó que mejorara la conexión caminera y se agotaran los sitios donde construir en Copacabana, Leblón e Ipanema para que los cariocas de mejores ingresos comenzaran a mirar a Barra da Tijuca con otros ojos, convirtiéndola en una especie de Chicureo, un barrio dormitorio.

Hoy la carretera que une a Río con Barra...

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