De un barco sin vela a unos Juegos Olímpicos - 23 de Abril de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 843833522

De un barco sin vela a unos Juegos Olímpicos

Cuando Clemente Seguel conoció la navegación a vela, apenas tenía ocho años y su barco no tenía vela. Era un Optimist, una embarcación pequeña, solo para una persona, destino obligado de todos los niños que quieren comenzar en este deporte náutico, y que en ese caso estaba adaptado para que sus tripulantes no llegaran demasiado lejos: Clemente y sus amigos estaban en la primera clase de un taller extraprogramático."Me acuerdo como si fuera ayer. Estaba sin vela, teníamos que impulsarnos como podíamos con el timón, pero adentro de la poza nos agarró un remolino y nos llevó... fue muy divertido y emocionante. Desde el primer día lo pasé bien, y eso me enamoró", explica el especialista en Láser.El episodio del remolino ocurrió en la Cofradía Náutica del Pacífico, en Algarrobo, a cinco minutos de la casa del regatista y el mismo lugar que lo ha visto entrenar sin parar hasta hoy.Al comienzo tenía objetivos más sencillos, como ser el mejor entre sus compañeros para poder usar el barco más rápido del club; y luego, otros más ambiciosos, como estar entre los mejores del mundo y clasificar a unos Juegos Olímpicos."El camino es largo, pero estoy muy motivado. Es un sueño que tengo desde chico", declaraba Seguel a fines de...

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