Ballet de Santiago reúne a dos gigantes de la danza del siglo XX: Roland Petit y John Cranko
Emotivas palabras que ponen en relieve la creación de uno de los bailarines y coreógrafos más importantes del siglo XX: Roland Petit (1924-2011), quien dejó una huella imborrable en los principales teatros y compañías del mundo, pero también en el universo de los musicales y el cine dorado de Hollywood.
Desde muy pequeño, Petit supo canalizar su talento. Todas sus biografías consignan que a los 9 años ingresó a la escuela de ballet de la Ópera de París y a los 16 ya era solista estable del cuerpo de baile de este prestigioso coliseo. Cuatro años más tarde lo abandona. ¿La razón? En 1945 cumple uno de sus sueños más anhelados: tener compañía propia, el Ballet des Champs Élysées. Tal como publica la reconocida revista especializada Danza Ballet, "fue desde ahí donde su talento -siempre teatral- saltó a la fama, con obras como 'Les Forains' y la singular 'Le Jeune Homme et la Mort' ('El joven y la muerte')".
Una prueba de fuego
"Roland Petit es el más francés de los coreógrafos franceses del siglo XX, no sólo por los 25 ballets que legó al repertorio del Ballet de la Ópera de París y que aún se presentan en sus temporadas. Principalmente lo es, porque buscó inspiración en escritos y en otros artistas franceses y llevó ese otro arte al del movimiento", señala a "Artes y Letras" Carmen Gloria Larenas, crítica de danza de "El Mercurio". Y destaca que este creador, en todo momento, se nutrió de la producción de sus compatriotas más célebres (de hecho, se lo suele bautizar como el maestro de las coreografías literarias). "Así es como produjo 'Carmen', basada en el escrito de Prosper Mérimée y 'Le Jeune Homme et la Mort', inspirado en un texto de Jean Cocteau, poeta, dramaturgo, pintor, entre otros oficios y gran amigo de Roland Petit con quien trabajó innumerables veces". Para Larenas, esta última creación, de corte más bien existencialista, se la considera su obra maestra y, hasta nuestros días, goza de gran éxito y se monta en los principales escenarios internacionales.
"Es una pieza corta de duración (alrededor de 20 minutos), pero muy potente, inolvidable. De hecho, la película 'Sol de Medianoche' comienza con Mihail Baryshnikov bailando un extracto de ella. Los bailarines que tienen la oportunidad de interpretar el rol del joven deben exigirse al máximo. Hay algunas interpretaciones que pueden ser más técnicas y otras más dramáticas. Baryshnikov hacía una interpretación magnífica y más recientemente, Nicolas Le Riche, bailarín estrella de la...
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