El balance de Rolf Lüders - 11 de Abril de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 564777138

El balance de Rolf Lüders

-¿Y cómo se va a poner usted en esa historia?

-Tengo un capítulo sobre la crisis del 82 -sonríe-. La mía es una historia económica, centrada en el análisis de datos y hechos. El problema que tengo es cómo escribir una historia de un período en que también fui actor, y ser objetivo. De todas maneras, para mantener la transparencia, dejaré establecido el rol que me correspondió jugar.

Su papel fue el de biministro de Hacienda y Economía de Pinochet, que, en medio de una grave crisis económica, anunció la intervención de la banca una tarde de enero de 1983, decisión que generó un terremoto financiero en el país, y que también afectó al grupo económico en que él había trabajado, el BHC. Y a él mismo.

A raíz de los procesos judiciales que se generaron tras la liquidación del BHC, Lüders, ya fuera del gabinete, terminó procesado junto a Javier Vial, presidente del Banco de Chile, y otros altos ejecutivos, acusados de estafa por infracción a la Ley General de Bancos. Pasó seis meses en Capuchinos.

Mucho antes de todo eso, fue un Chicago Boy, uno que nunca perdió su fe en la economía social de mercado. Rolf Lüders Schwarzenberg es un liberal. Así se define él y así lo definen otros.

Un liberal que estuvo por derogar el sistema binominal y que está por legalizar la marihuana.

-¿Cómo una persona que se define como liberal pudo ser ministro de Hacienda de una dictadura?

-Mira, lo que me pasó a mí, y quizá a otros, fue que recibimos gratuitamente una educación fuera de serie. Pasamos de una escuela de economía del Tercer Mundo a ser estudiantes en uno de los dos o tres mejores departamentos de economía del mundo, lleno de gente brillante. !Tuvimos oportunidades enormes¡ Y después, pudimos dedicarnos a tiempo completo por unos 15 años a la investigación, en que conocimos como pocos el funcionamiento de la economía chilena. Lo lógico era servir al país. Y eso lo habría hecho con cualquier régimen dispuesto a implementar una economía social de mercado. Los rumores de violaciones de los derechos humanos, que circulaban se referían a los momentos iniciales del régimen, en que para todos los efectos prácticos el país estuvo en estado de guerra.

-Cuándo asumió el ministerio, ¿aquello no era un tema para usted?

-No era un tema para mí y no creo que lo haya sido para la mayoría de la población. Sé que lo que afirmo es políticamente muy incorrecto y también sé que hoy la cosa se ve muy distinta.

-¿Lo que lo desilusionó de Pinochet fueron las platas del Riggs?

-Sí, fue una gran desilusión. Pinochet y el régimen que lideró había hecho una labor gigantesca para levantar al país después del quiebre del 73, y el general merecía terminar sus días con honores universales. A mi mejor entender, reunió -aparentemente en forma indebida y después de dejar la presidencia- recursos para su defensa. Con ello, al menos en apariencia, dejó de diferenciarse de tantos otros líderes militares latinoamericanos y eso me resultó muy desilusionante.

-¿Las violaciones de los derechos humanos no lo desilusionaron de igual manera? Hoy hay una verdad oficial, avalada por los informes Rettig y Valech.

-Así es y, como imagino lo hace prácticamente todo el mundo, condeno las violaciones, no importando su origen. Pero las instituciones las manejan personas y son estas últimas las responsables de sus actos.

"Me dicen que soy una sandía"

Rolf Lüders se ha casado dos veces, lleva 44 años con Marily Morales, y tiene cinco hijos. Aparte de profesor y asesor de empresas, tiene un campo en San Francisco de Mostazal.

Es también el abuelo de Fernando Demaria, un destacado motocrosista que en marzo de 2012 sufrió un accidente en el mundial de enduro en Talca, que lo dejó tetrapléjico.

-Fue muy duro, muy duro -dice Lüders-. Pero él tiene una fortaleza física y mental fantástica. Maneja. Esquía. Corre en bicicleta. Estudia. Le tengo gran admiración.

Lo cuenta con parquedad, con cierto pudor. Rolf Lüders tenía fama de frío en el mundo de los negocios -aunque sus alumnos dicen que no, que es acogedor y sencillo-, pero sobre todo es muy alemán. Tiene esa...

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