Ayuda a las grandes empresas: ¿Un cuento de los hermanos Grimm? - 17 de Mayo de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 844577705

Ayuda a las grandes empresas: ¿Un cuento de los hermanos Grimm?

"Y si no se han muerto, entonces aún viven hoy día". Así terminaban muchos cuentos de los hermanos Grimm, en sus versiones originales del folclore alemán. Ediciones posteriores, especialmente las traducciones, cambiarían el final por el manido "se casaron y fueron muy felices". El original tenía la ironía de no decir nada, ya que era verdadero por construcción, una perfecta "tautología": si alguien no ha muerto, entonces vive, no queda otra. La tautología es pariente de la "contradicción", su exacto opuesto, porque es siempre falsa, también por construcción.Sorprende que el debate relativo a la ayuda a las grandes empresas parece reducirse solo a tautologías y contradicciones. Aunque por vías diferentes -participación accionaria o créditos-, oposición y gobierno concuerdan en ayudar "a las empresas solventes con problemas de liquidez". Pero como en el cuento de los Grimm, aquello suena bien, pero no dice nada.En efecto, se argumenta que las beneficiarias deben ser solventes, "viables a largo plazo", porque así el Estado recuperará el dinero. Pero la solvencia, tercera acepción de la RAE, es "la capacidad de satisfacer deudas". Luego, decir que se le presta a una empresa solvente porque va a pagar, es lo mismo que decir que se le presta a quien va a pagar porque va a pagar. Nos recuerda a los Grimm: si no se han muerto, aún viven, o sea, si no se han muerto, entonces no se han muerto. Ambas son perfectas tautologías. Pero lo de los Grimm era cuento y esto otro se supone que es un debate.Por otro lado, aquello de "empresas solventes con problemas de liquidez" es una perfecta contradicción. El problema de liquidez emerge, precisamente, porque se ignora si la empresa es o no solvente; si se supiera que es solvente, no estaríamos hablando de ayudas estatales. El real problema es la incerteza.Y tratándose de incertezas, vale aquí recordar la distinción entre riesgo e incertidumbre, sobre la que Frank Knight escribiera en 1921, poco después de la gran pandemia de 1918. Según Knight, cuando hay "riesgo" es posible calcular probabilidades; cuando hay "incertidumbre", en cambio, ello es imposible. En el mundo del riesgo los mercados funcionan con profundidad, porque como las probabilidades se pueden calcular, se le puede poner precio al riesgo. Incluso si este aumenta, el crédito no desaparece; sí se encarece, en cambio, lo que suele causar una recesión. Cuando hay incertidumbre, sin embargo, no hay probabilidad que valga, por lo que el mercado...

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