'Aylwin tuvo la grandeza y la humildad de darse cuenta de los nuevos signos de los tiempos' - 20 de Abril de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 633099949

'Aylwin tuvo la grandeza y la humildad de darse cuenta de los nuevos signos de los tiempos'

El ex Mandatario agrega que, más tarde, ambos alternarían durante la campaña del 64 de Frei Montalva, el plebiscito por la Constitución del 80, el acuerdo nacional de 1985 y el plebiscito del Sí y el No de 1988.

"Normalmente, estas transiciones de gobiernos militares a democráticos son en medio de crisis política, caos económico y violencia social. Y creo que uno de los grandes aportes de Patricio Aylwin por el cual Chile le debe mucho fue haber liderado una transición verdaderamente ejemplar a un gobierno democrático y haber sabido liderar con grandeza y sabiduría el primer período post gobierno militar", comenta Piñera.

-Usted estuvo junto a él el 64 y el 80, ¿cómo fue estar al otro lado en las elecciones presidenciales de 1989?

-Mientras tuvimos gobierno militar, con graves restricciones a las libertades y violaciones de los derechos humanos, nunca tuve dudas de que el mejor camino para Chile era recuperar la democracia y por el camino más corto, que fue la opción No en el plebiscito de 1988. Por lo tanto, en esos años estuvimos del mismo lado. Pero, cuando se ganó el plebiscito 1988 y, al año siguiente, se abrieron las puertas a la democracia, en el mundo ya había caído el Muro de Berlín, se había terminado la Guerra Fría y estaba llegando la revolución de la sociedad del conocimiento y la información. Pensé que una cosa era recuperar la democracia, pero además había que incorporarse a este nuevo mundo; y, desde ese punto de vista, me parecía que él no era la persona más indicada para liderar ese proceso, y así lo dije públicamente.

"La Presidencia lo rejuveneció"

-¿Le parecía que Aylwin no representaba el mundo que venía?

-Cuando vi el primer programa de la Concertación, no me pareció un buen programa para Chile, me pareció retrógrado, porque quería volver al Chile de los años 60 y no tomaba en cuenta el gigantesco cambio que había experimentado la sociedad a nivel mundial. Había que avanzar con democracia y no retroceder con democracia. Ahora, debo reconocer que el del Presidente Aylwin fue un muy buen gobierno y mucho mejor que su programa. Nuestros caminos se volvieron a encontrar una vez que él era ya el Presidente electo y antes de que asumiese el nuevo Congreso, del cual yo era parte como senador electo. Iniciamos una serie de conversaciones con él y sus principales ministros, Boeninger y Foxley, cuyos objetivos centrales eran cinco: cómo hacer una transición inteligente desde un gobierno militar que había durado más de 17 años...

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