Autonomía, independencia y Estado - 27 de Enero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 759529425

Autonomía, independencia y Estado

Viene siendo un dato que cada vez que un organismo de la Administración es creado o sus leyes serán modificadas, la petición común que se formula es reclamar autonomía y, especialmente, que ella sea de carácter constitucional.El asunto fue manejado con mucha cautela por la Carta de 1925, pero ello cambió con la de 1980, al reconocerse de manera más sistematizada una categoría de organismos autónomos constitucionales, como el Banco Central, la Contraloría General, las municipalidades y luego se agregaron el Ministerio Público, el Servicio Electoral y el Consejo Nacional de Televisión. El resultado de esta oferta, todos hoy quieren esta cualidad: estar en la Constitución.Ahora la reclaman también, la Defensoría Penal Pública y algunos también la comienzan a sugerir para el Instituto Nacional de Estadísticas, ya que estamos hablando de reforzar su trabajo con cambios legales.Si uno lo viera desde la vereda del mercado, podríamos decir que dicha calidad de "autonomía constitucional" es un producto que se vende bien. Todos la desean, la anhelan, pero si escudriñamos bien, pocos hacen las preguntas que creo deben formularse: por qué y para qué la piden quienes gobiernan los entes públicos.Trataremos de avanzar algunas respuestas, pero no desde el derecho administrativo, ya que, si lo abordamos desde esa atalaya, usted dejará de leer enseguida estas líneas.El más descriptivo de los libros, y que siempre orienta el sentido común -el diccionario de la RAE- nos dice que la autonomía es "la potestad que dentro de un Estado tienen municipios, provincias, regiones u otras entidades, para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios" y la independencia, en dos acepciones que nos interesan, dice que es la "cualidad o condición de independiente" y, la otra, que es la "libertad, especialmente la de un Estado que no es tributario ni depende de otro".Cualquier lector no experto a la lectura de estas acepciones (autonomía e independencia), no podría atinar cuál es la razón porque estas voces son tan buscadas por quienes dirigen el Estado. Ese lector nunca entenderá la magia de este cáliz adorado que se oculta detrás de la autonomía constitucional y de la condición de órgano independiente.La clave está en que estas voces son, francamente, polisémicas, no a la lectura del diccionario, sino que desde el punto de vista de los fines de quienes la adoran. Tienen tantos sentidos como los intereses de quienes buscan su establecimiento en el nuevo órgano que...

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