Ni aula democrática, ni pensiones solidarias - 28 de Octubre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 743796101

Ni aula democrática, ni pensiones solidarias

Esta semana han comparecido dos problemas que, en el tiempo que viene, acompañarán a la sociedad chilena como si fueran una sombra. Y la capacidad de las fuerzas políticas para estar a su altura será la razón de su éxito o la medida de su fracaso.Uno es el problema que se puso de manifiesto con el debate sobre el aula; el otro, el de las pensiones que comenzará hoy mismo.El debate sobre el Aula Segura escondía una cuestión más de fondo que la simple disposición a sancionar a alumnos violentos: lo que allí se puso en escena fue la diversa comprensión que los actores políticos en Chile tienen de lo que, siguiendo un clásico de la sociología, Daniel Bell, podrían llamarse las contradicciones culturales del capitalismo.El capitalismo -la modernización capitalista- se caracteriza, en términos gruesos, por generar diversas pautas de conducta, expectativas de comportamiento que no siempre son consistentes entre sí. La cultura del capitalismo moderno estimula las expectativas y enseña a las personas que su voluntad es definitiva en prácticamente todas las esferas del quehacer humano, desde la moral o los afectos hasta la política. Pero, como es obvio, esas expectativas son totalmente inconsistentes con la producción del orden social. El orden social -desde la familia a la escuela, pasando por las organizaciones en que se desenvuelve la vida- requiere cierta orientación del comportamiento, moderar las expectativas y sancionar las desviaciones más graves de la conducta.La escuela -y todas las instituciones- están en medio de esa contradicción.Desgraciadamente la izquierda, o la centroizquierda, arriesga permanentemente el peligro de malentender ese problema.Esto es lo que explica que su agenda parezca a veces inspirada por el simple deseo de extender los ideales de la ciudadanía a todos los intersticios de la vida social, desde la familia a la escuela.Pero, como es obvio, ni la familia ni la escuela pueden funcionar sobre la base de los principios que orientan el orden político.Por eso cuando los parlamentarios de oposición quisieron denominar al proyecto gubernamental "aula democrática" estaban haciendo algo mucho más significativo que simplemente torcer, con habilidad y astucia, la mano del Gobierno: estaban dejando asomar una mala comprensión de los problemas de la sociedad chilena, una comprensión que, de continuar, favorecerá el camino de la derecha. Ella consiste en transformar el ideal democrático en una beatería según la cual todos los...

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