El auge de la toga y el birrete - 18 de Septiembre de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 398111986

El auge de la toga y el birrete

Por mucho tiempo, las universidades en Brasil han sido para unos pocos privilegiados. Sólo el 11% de la población en edad laboral tiene un título. Ellos ganan, en promedio, 2,5 veces más que aquellos sin título, y cinco veces más que la mayoría que nunca terminó la enseñanza media. Hasta hace poco, esas ganancias, más altas que en cualquier otro país de la OCDE -un grupo de países en su mayoría ricos- las obtenían principalmente quienes habían ido a colegios particulares. Para rematar la injusticia, ellos iban a universidades públicas donde no pagaban nada.

Los estudiantes de las universidades públicas de Brasil todavía son más blancos y más ricos que el promedio nacional, y es mucho más probable que hayan ido a colegios privados. Y los contribuyentes todavía pagan la cuenta, gastando cinco veces más por estudiante universitario que por escolar. Pero el crecimiento explosivo de las universidades privadas con fines de lucro está haciendo más accesible la educación superior.

En 2010, el último año del cual se dispone de cifras, había unas 2.400 universidades o instituciones de educación superior, de las que sólo un décimo eran públicas. Parte del resto era benéfica, principalmente católica. Pero tres cuartas partes del total de universidades tenían fines de lucro, entre ellas las cinco instituciones más grandes.

Ninguna de las entidades con fines de lucro tiene el prestigio o recursos de las mejores universidades públicas. Algunas son poco más que fábricas de diplomas de dudosa calidad. Pero un título de una institución líder puede duplicar el sueldo inicial de un joven, señala Alexandre Oliveira de la International Finance Corporation (IFC), parte del Banco Mundial. El rol de las universidades privadas en la reducción de la pobreza es la razón de por qué la IFC invierte en tres de ellas en Brasil: dos gigantes, Anhanguera y Estácio de Sá, que suman 650 mil estudiantes, y la más pequeña Maurício de Nassau.

Una gran población de adultos jóvenes, escuelas deficientes y el auge de industrias, como la petrolera, que exigen obreros especializados, significa que la demanda por una educación superior seguirá creciendo, asegura Carlos Parizotto de la consultora Cypress. Y como el sector público no tendrá recursos para ampliar la oferta educativa, tendrá que venir de privados.

El gobierno lo sabe. Le otorga a las universidades privadas beneficios tributarios a cambio de que una décima parte de sus cupos sean gratis o con rebaja para estudiantes de...

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