'Era un ser atormentado' - 18 de Febrero de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 665352105

'Era un ser atormentado'

-¿Y usted lo aguantaba?

-¿Y qué querías que hiciera? Si yo lo quería.

No fue fácil la vida de María Elvira Reyes (80) junto a Andrés Rillon, su marido por 59 años, padre de sus seis hijos y quien murió a los 87 años, el 6 de enero pasado. Porque el recordado Don Pío del Jappening con ja, y uno de los cerebros de La Manivela y Mediomundo, vivió afectado por enfermedades graves que en realidad no tenía.

-Fue espantoso, toda su vida vivió con miedo el pobre. Tenía miedo a todo. A morir de cáncer, a enfermarse y no tener un médico cerca -dice su viuda.

-¿Y usted podía vivir con esa neurosis?

-Me costaba, pero yo tenía todos los ravotriles y las pastillas de la fe: yo, con las oraciones, lo arreglaba todo. Pero además, él era un personaje muy inteligente, tan seductor, y cuando tú vives con gente así, pueden hacer muchas burradas, miles, pero uno los perdona siempre.

María Elvira Reyes y Andrés Rillon se conocieron en Viña del Mar, en 1954. Él vivía ahí y ella pasaba sus veranos en la casa que su familia tenía en esa ciudad. Un día él la vio en la ventana y se hizo invitar a la casa de los Reyes Silva. Recuerda que esa vez él hizo magia con los naipes.

-Lo pasamos bomba y a la semana ya estábamos pololeando.

Apenas María Elvira cumplió 21 años, se casaron. Llevaban tres de pololeo. No pudieron hacerlo antes, porque si bien Rillon había estudiado leyes, no se había titulado y el padre de ella le exigía el diploma. Andrés Rillon había intentado titularse varias veces, pero distintas supuestas enfermedades, casi siempre cáncer, terminaba por echar abajo la tarea. Como él mismo lo relató en su autobiografía Cosas que podrían interesar a más de alguien, fue tanto el costo psicológico y físico, que decidió que no se titularía nunca. Finalmente, lo hizo a los 37 años. Un amigo le pagó cinco meses de sueldo para que lo hiciera.

Cuenta su viuda que una de las primeras veces que él tuvo un episodio psicológico extraño fue cuando una noche Rillon escuchó el mar muy fuerte y pensó que venía un tsunami. Fue tal su susto, que durmió en un cerro en Valparaíso por siete días. Un psiquiatra le dijo que el problema era que la educación católica y conservadora que había recibido en su casa lo habían vuelto un hombre contenido y que eso se había transformado en neurosis. Y que la culpable era su madre. Él, indignado, no volvió nunca más a la consulta.

Episodios así de desconcertantes, dice María Elvira Reyes, sucedieron cientos de veces y marcaron su vida, la de ella y la de sus hijos.

Desde que Andrés Rillon falleció, la familia Rillon Reyes se ha reunido varias veces.

-Nos lo hemos llorado todo -dice la viuda.

En cada ocasión han hablado de lo que significó él para cada uno de ellos, cómo los influenció y las cosas buenas y malas que conllevó ser su hijo, hija, nieto, nieta y esposa.

-A mis hijos yo los crié, pero tienen un 50 por ciento Rillon. Poseen un sentido del humor tremendo. Cuando se juntan, es tremendo: hacen fiesta y terminan bailando sobre las mesas. Yo no tengo humor, pero me río mucho.

-¿Usted siempre le entendió su humor?

-Sí, si él fue así la vida entera. Por ejemplo, íbamos a Viña y en el...

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