¿Asunto de principios? - 12 de Junio de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 906184493

¿Asunto de principios?

Llama la atención la crítica reacción del Presidente Gabriel Boric a la iniciativa de los senadores democratacristianos Ximena Rincón y Matías Walker que busca rebajar a cuatro séptimos el quorum de reforma de la Constitución vigente, cuestionamiento que incluye, además, duras referencias al apoyo dado por los partidos de centroderecha al proyecto.El mandatario los acusa de un supuesto oportunismo político: "que lo vengan a plantear ahora...", a cerca de 90 días del plebiscito, no sería más que una estrategia política.Más allá de cuán interpretados se sientan por el texto vigente, es claro que los partidos de centroderecha han defendido la posibilidad de ser incidentes en su reforma, o a lo menos en los cambios más importantes, y de ahí su tradicional resistencia a bajar los actuales quorum -los que, por cierto, si bien altos, no son únicos en la experiencia internacional-. Con todo, ese sector ha concurrido con sus votos a más de 50 reformas a la actual Carta, incluidas las que dieron curso al proceso constitucional en marcha, y hasta apoyaron recientemente el fallido proyecto de reforma del propio gobierno en materia de regímenes de excepción.En cualquier caso, si el Presidente Boric está efectivamente convencido de que una Constitución -sea la actual o una futura- debe tener quorum más bajos para ser modificada, no puede argüir el giro de sus adversarios para tomar distancia de sus propias convicciones. A nadie escapa que el mandatario intuye que eso podría favorecer la opción del Rechazo, mientras que él se inclina por el Apruebo; precisamente por ello, al insistir en una postura crítica al proyecto de los senadores democratacristianos, asume el mismo criterio de oportunismo y conveniencia política que reprocha a sus opositores. Pareciera, entonces, que no se estaría ante una situación de principios, sino ante una meramente estratégica, que contradice lo que por años ha pregonado su sector.Por otra parte, frente al incierto resultado que anticipan las encuestas para el plebiscito del 4 de septiembre, el jefe de Estado debiera estar abierto a evaluar opciones que reduzcan la radicalización de la campaña y el encajonamiento de la opinión pública, más que abonar un escenario que ya se ha mostrado incapaz de convocar a esa amplia mayoría ciudadana que en octubre de 2020 apoyó la idea de una nueva Constitución. La responsabilidad superior con el país, propia de su investidura, debiera primar sobre su preferencia personal a la hora de sopesar...

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