Así es el nuevo gigante del mar
La "realidad" en este caso tiene la siguiente forma: la pared transparente de un tubo vertical, un túnel de viento que me empuja hacia arriba y permite vivir una experiencia lo más parecida posible a volar.
Para esta maniobra -volar- uso buzo azul, gafas plásticas de seguridad, protector de oídos -el ruido es intenso- y casco. Fuera del tubo, otros buzos azules esperan su turno y observan. Seguro toman nota de los errores en mi postura que provocan que, de vez en cuando, me vaya contra las paredes transparentes (sin dolor). Del otro lado, hay cámaras. Hay gente vestida normalmente. Hay rostros y dedos que me señalan. Siento mis facciones deformadas por el viento; el cuerpo esforzándose, las manos del instructor controlando la situación para que no salga disparado. Siento de pronto que me elevo más de lo esperado hasta que las manos del instructor me arrastran de regreso. Mantengo la calma. Quiero creer que mantengo la calma hasta que se termina el tiempo y el instructor me lleva a la puerta del tubo transparente, asegurándose de que todo resulte como efectivamente resulta: algo francamente divertido. Acabo de volar. Es más simple de lo que suena, pero volé.
El tubo transparente donde la gente hace fila para volar se llama RipCord by iFLY y está en el Anthem of the Seas, el nuevo barco de Royal Caribbean que en pocas horas zarpará desde Southampton, Inglaterra, en un viaje especial, una travesía de casi 48 horas mar adentro (sin puerto intermedio de recalada), tiempo que debiera alcanzar para que los casi 1.600 periodistas y bloggers que hay a bordo, llegados de todo el mundo, entiendan por qué la empresa se empeña en repetir que este es, si no el más, uno de los barcos tecnológicamente más avanzados del mundo.
El RipCord y su vecino, el FlowRider, una ola artificial donde se puede surfear o aprender a hacerlo, parecen argumentos interesantes en ese objetivo. Pero ni siquiera son los mejores argumentos.
En Algo muy divertido que Bart no volverá a hacer, capítulo 19 de la temporada 23 de Los Simpson, el niño problema está hastiado de la rutina casa-colegio-juego-casa-y-vuelta-a-empezar-todos-los-días. La monotonía de la vida cotidiana. Está en eso cuando ve la publicidad de un crucero y su oferta de cosas por hacer a bordo: por si todavía no lo sabe, un crucero es hoy tanto más que un barco que lleva gente de un lado a otro, sino que puede ser un mall, un parque de diversiones, hotel, zona de deportes outdoor, una serie de restaurantes de alta gama (en el Anthem, por cierto, hay una franquicia del chef estrella Jamie Oliver, entre otras propuestas), y también la mejor versión posible de un buffet. Es además zona de teatros (con espectáculos cada vez más sofisticados), de...
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