Asesinato de dos carabineros en el altiplano evidencia vulnerabilidades en estratégica zona fronteriza con Perú y Bolivia
Aunque el jueves había poca visibilidad por la niebla, desde el lugar era posible divisar un estrecho sendero que subía y se perdía sobre una loma suave, entre arbustos y peñascos: "Parece más cerca. Pero de aquí hasta allá hay seis kilómetros... Y eso ya no es Chile", previno el teniente.
En el norte, la frontera está plagada de sitios como el lugar en que fueron ultimados los carabineros. Zonas relativamente llanas, en que el límite con Perú y Bolivia no es más que una línea imaginaria. Y donde pasar de un lado a otro -si no hay vigilancia en el momento- puede resultar muy sencillo.
En el caso de Cid y Godoy, la hipótesis inicial apuntó precisamente a un crimen cometido por cazadores ilegales, tal vez peruanos. Hasta el cierre de esta edición, esa teoría seguía barajándose, pese a la detención de dos chilenos con armamento largo, cerca del lugar donde ocurrieron los asesinatos.
Frontera "porosa"
Más allá del desenlace de esa investigación judicial, el doble homicidio encendió las alarmas sobre distintos factores de vulnerabilidad que presenta la zona norte del país. Junto con el riesgo de tener una frontera potencialmente "porosa", en la Región de Arica-Parinacota mencionan, además, el progresivo despoblamiento del altiplano, una presencia militar "insuficiente" y un retraso "crónico" en distintos ámbitos.
"Este es un territorio estratégico... Si el Estado tiene realmente interés en resguardar la soberanía, tiene que tomar medidas. Falta una preocupación mayor del Estado", resume Gregorio Mendoza Chura (RN), alcalde de General Lagos. Aparte de ser el escenario de la muerte de los dos carabineros, la comuna -cuya capital es Visviri- alberga el hito tripartito: un monolito que señala el punto exacto donde confluyen las fronteras de Chile, Perú y Bolivia.
El límite binacional que bordea a la XV Región de Arica y Parinacota tiene una extensión superior a los 400 kilómetros: 169 de ellos con Perú, y 232 con Bolivia.
El resguardo de esa línea está a cargo de Carabineros. Puntualmente de la Dirección de Fronteras, área a la que pertenecían los dos funcionarios asesinados.
Los policías que cumplen tareas en las zonas limítrofes de esa región suman unos 200 -según la institución- y desarrollan turnos en diez destacamentos: la comisaría Chacalluta, las tenencias Visviri y Chungará, y los retenes Central, Alcérreca, Tacora, Chucuyo, Chilcaya, Guallatire y Caquena (ver infografía).
Cinco policías por retén antes de los crímenes
Hasta antes del asesinato de los policías, las tenencias y los retenes contaban cada uno -por regla general- con ocho y cinco funcionarios, respectivamente. Pero luego de los crímenes esas dotaciones crecieron a diez y siete.
"Años atrás había una cantidad mayor de carabineros", recuerda el alcalde Mendoza. Según él, en la década de los 80 el cuartel de Visviri llegó a contar con casi veinte hombres.
Los datos que maneja el jefe comunal indican que la progresiva caída del contingente obedecería a la aplicación de criterios propios de otras regiones del país, donde el número de carabineros se determina principalmente en...
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