Asamblea Nacional de Cuba nomina a Miguel Díaz-Canel como sucesor de Raúl Castro
Como si nada estuviera pasando en Cuba. Los ciudadanos de la isla caribeña siguieron sin entusiasmo y con limitada expectación la designación de Miguel Díaz-Canel como nuevo presidente del Consejo de Estado y, por lo tanto, como Primer Mandatario del país.
Ni siquiera la propaganda a través de muros y carteles, tan desarrollada durante seis décadas, destaca estos días. El eslogan "No renunciaremos a uno solo de nuestros principios", firmado por Raúl Castro, sí aparece destacado en rojo y azul al final de una loma. "Los sueños de emancipación se hicieron realidad", emerge de forma más discreta en la transitada avenida Boyeros, que conduce hasta la emblemática Plaza de la Revolución.
La televisión cubana retransmitió en vivo la histórica sesión parlamentaria, donde se concentraron casi todos los vítores del país. Hasta dos veces aconsejaron a los 604 diputados (faltaba uno) que no interrumpieran cada nombre con una salva de aplausos, que resonaban con fuerza atronadora por todo el Palacio de Convenciones de La Habana. Por supuesto, Raúl Castro y su sucesor sí recibieron ovaciones largas y profundas, que incluso provocaron la emoción y las lágrimas del elegido.
Protagonistas
Todos los focos apuntaron al menor de los Castro y a Miguel Díaz-Canel al hacer su entrada solemne, con el primero envolviendo en gestos de cariño y deferencia al segundo. No se equivocaban esos focos: los dos son los principales protagonistas de la nueva era post Castro, que hoy se inicia en Cuba con el histórico relevo generacional.
Horas más tarde se confirmó lo que ya todo el mundo sabía: Díaz-Canel encabezaba la única candidatura a la presidencia del Consejo de Estado, sin rivales en contra, sin ninguna posibilidad de perder votación alguna. Su nombre se situó al frente de la única lista, conformada por quienes le apoyarán y evaluarán durante al menos cinco años: el vicepresidente primero Salvador Valdés Mesa (72), antiguo secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba; el vicepresidente y comandante Ramiro Valdés (85), que fuera ministro de Interior y el enlace de Fidel en Caracas; y otro vicepresidente, Roberto Morales (51), ministro de Sanidad en carrera ascendente.
Como consejeros aparecen sobre los demás Bruno Rodríguez (canciller), Leopoldo Cintra Frías (jefe del Ejército) y el escritor Miguel Barnet. Los hombres fuertes de la revolución junto a Esteban Lazo (74), reelegido al frente de la Asamblea Nacional por el voto unánime de los 604 diputados...
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