Argentinos llegan con mayor poder adquisitivo, pero los comerciantes en las playas se quejan de menores ventas
El océano Pacífico continúa embravecido, aunque las marejadas han disminuido su intensidad. Las olas golpean con gran fuerza las murallas de piedra que bordean la avenida Perú, en Viña del Mar. Las playas, que fueron cerradas durante la semana y que se han ido achicando producto de la fuerza del agua, han ido perdiendo visitantes en comparación a otros años, y eso se nota. Es miércoles 27 de enero, y tras dos días de intensas marejadas, las playas se ven vacías, y los comerciantes ni siquiera vocean sus productos.
En el horizonte de Reñaca, dos grandes buques pesqueros están trabajando, mientras los salvavidas observan con atención a los pocos veraneantes del lugar: la playa no es apta para el baño. Por ello, si una persona ingresa, solo puede mojarse hasta la cintura. De ahí en adelante recibe dos advertencias antes de ser expulsado del mar.
Pese a todo este ambiente, los turistas argentinos continúan llegando a uno de los balnearios más cotizados de Chile. Según datos de la división de estudios de la Subsecretaría de Turismo, durante enero de 2016 llegaron 163.533 trasandinos a la Quinta Región del país. Ello representa un aumento de 35% respecto del mismo período del año pasado, cuando 121.152 argentinos visitaron las playas del litoral central.
Es el caso de Eduardo Bustos y su familia. El pasado lunes 25 de enero emprendió viaje junto a su esposa e hija, y recorrieron los 1.500 kilómetros que separan a la capital argentina de Viña. Desde hace 12 años que visita la zona, y ésta no sería la excepción.
Aún cuando sabía que se iban a producir marejadas, quiso visitar la V Región. "No nos íbamos a perder sus paisajes, sus jardines, la ciudad que es muy linda y muy agradable".
Según Eduardo, las medidas económicas implantadas por Macri han sido de mucha ayuda: "Ahora tenemos una mayor conveniencia de precios gracias a la liberación del dólar. Tenemos mucho más dinero gracias al cambio de monedas". Es más, agrega que desde 2005 la situación no era tan favorable para ellos. "En los últimos 10 años solo veníamos a la playa porque no alcanzaba para más. Ahora nos hemos dado varios lujos, como comprarnos un blu ray para la tele, y muchos, pero muchos zapatos", cuenta mientras se ríe y apunta a las sandalias que luce, radiante, su señora.
Luego de beber un par de sorbos de su mate, indica que le preocupa la gran cantidad de arena que se ha perdido en comparación a lo que había el año pasado: "Hay sectores de la playa que prácticamente han...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba