Sindicatos argentinos desafían a Fernández con la mayor huelga general en siete años
El paro fue convocado por el líder de la fracción opositora de la Confederación General del Trabajo (CGT), el jefe del sindicato de camioneros Hugo Moyano, ex aliado kirchnerista; la denominada CGT Azul y Blanca, del dirigente gastronómico Luis Barrionuevo; y el sector opositor de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), encabezado por Pablo Micheli, que también rechazan el intento del gobierno de poner límites al reajuste salarial que se discute en negociaciones colectivas con las empresas.
Frente a este escenario, las centrales obreras opositoras demandan mejoras salariales por encima del 40%, un aumento del sueldo, un impuesto a la renta que solo pese sobre los trabajadores que ganan más de 15.000 pesos mensuales (1.875 dólares al cambio oficial), negociaciones salariales paritarias "libres" y un aumento "de urgencia" de las jubilaciones.
También piden políticas para combatir la inseguridad, una de las principales preocupaciones de la población de acuerdo con los últimos sondeos.
El paro se da dos días después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) entregara su informe anual Perspectivas Económicas Globales, en el que predijo una desaceleración en Argentina para 2014, con un crecimiento de 0,5% frente al 4,3% que registró el año pasado. Los economistas calcularon también que el desempleo en Argentina aumentará en este ejercicio hasta el 7,6 %, cinco décimas por encima que el año pasado.
Analistas trasandinos dijeron que la clave del éxito de la huelga de 24 horas será la adhesión de conductores de trenes, autobuses, camioneros, parte del metro, técnicos aeronáuticos y navegadores fluviales, que impedirán de hecho al resto de los trabajadores llegar a sus empleos. Se estima que no funcionarán los trenes ni el transporte público en buses, no saldrán vuelos de cabotaje ni internacionales, aunque aterrizarán los aviones procedentes del exterior.
Mientras, los hospitales públicos no atenderán, aunque estarán abiertos los servicios de urgencia; no abrirán las bombas de bencina ni bares ni restaurantes. Tampoco habrá recolección de basura.
Los bancos funcionarán normalmente, pero no habrá " clearing bancario" (proceso para cruzar operaciones de traspasos y reembolsos entre ellos) ni se abastecerán los cajeros automáticos. Las clases escolares dependerán de que los profesores puedan llegar hasta las escuelas, o de que algún sector en particular de los docentes se sume al paro.
Agrupaciones sindicales, políticas y sociales de...
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