La Argentina, una tribu autodestructiva - 26 de Noviembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 746462193

La Argentina, una tribu autodestructiva

John Chau, un misionero norteamericano de 27 años, creyó que compartiendo sus oraciones a Jesucristo podría lograr lo que ningún otro extranjero había conseguido en siglos: desembarcar en son de paz en la isla Sentinel del Norte, un enclave remoto en el océano Indico. Perteneciente a un archipiélago de la India, sus 150 habitantes viven aislados, repeliendo sin concesiones a todo viajero. Los isleños ni siquiera cambiaron de actitud cuando se abatió un tsunami, en 2004. Un helicóptero que sobrevoló entonces ese territorio zafó por poco de los flechazos que le apuntaron desde tierra. El que no se salvó ahora de ser atravesado mortalmente por certeras lanzas fue Chau.El trágico y curioso episodio podría parecer un espejo exagerado de las resistencias reales o imaginarias que levantan aquí la realización del ya inminente G20, la reunión de los superpoderosos del mundo en Buenos Aires.Por un lado, los grupos de protesta preparan sus lanzas verbales -ojalá que solo sean discursos, cánticos, carteles y marchas pacíficas- para expresar su malestar frente al seleccionado de los dirigentes planetarios que este viernes y sábado se concentrarán en Costa Salguero. Por el otro, voceros oficiales dan predominio casi excluyente en la comunicación a sus preparativos cuasibélicos con cortes de calles, puertos, aeropuertos, subtes y barcos.Los G20 tradicionalmente se han prestado para disturbios bravos -recordar los de Hamburgo, el año pasado-, pero tanto hincapié obsesivo en ese punto, que se potencia en la multiplicación mediática, deja en un segundo plano la enorme proyección geopolítica que tienen esas cumbres.No solo eso: produce innecesaria preocupación y activa los desequilibrios dormidos en algunos seres de oscuras patologías que eligen trascender generando desastres con tal de saltar a los noticieros y a las primeras planas. Una cosa es tomar todos los resguardos para garantizar el máximo de tranquilidad posible, y otra muy distinta es convertir en monotema una suerte de susto pueblerino al no estar a la altura de los acontecimientos porque vienen a casa demasiados invitados importantes al mismo tiempo. En algún punto son funcionales unos a otros los que van a protestar de un lado y los que, del otro, abren paraguas excesivos.Mientras tanto , las oportunidades que el G20 presenta al país no forman parte intensa del debate público. La más eficiente forma de supervivencia que tiene el ser humano es vivir en sociedad: así otros cubren nuestras...

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