La argentina de la cocina natural - 3 de Abril de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 363263454

La argentina de la cocina natural

-Pensaba prepararles también una ensalada, pero no la comerán. Serán sólo las croquetas -dice.Â

Benjamín, que tiene cuatro años, y Segundo, que se empina en los dos, no siempre quieren comer verduras.Â

-La verdad es que no me estreso mucho con eso, creo que tiene que ver con aprendizaje, con que los niños vean a sus padres comiendo verduras y se animen a probar.Â

Juliana López May -37, casada, hermana del chef ejecutivo del Ritz, Máximo López May- toma con calma los gustos de sus hijos, aunque sea la chef argentina emblema de la cocina natural, vegetariana y sana. Para ella, infaltables son el aceite de oliva, una buena sal, las legumbres, los huevos y lácteos, y las frutas y verduras. Con eso no necesita más y hace maravillas -desde una clásica salsa pomodoro hasta un risotto de brócoli- en sus programas del canal Gourmet "Good Food", "Naturalmente Juliana", "4 Ingredientes 4 cocineros" y "La huerta en tu casa".

Juliana antes tuvo un restaurante en San Isidro llamado "Círculo"; después, cuando nacieron sus hijos, creó su taller de cocina -que le permitía manejar un poco más sus tiempos- y ahora está embarcada en un nuevo proyecto -que la tiene entusiasmada porque acaba de inaugurarlo-, su "linda, chiquita y muy encantadora cocina-estudio".Â

Emplazado en el sector que hoy se está popularizando como El Tigre Soho -porque se ha llenado de galerías de arte, anticuarios, talleres-, ella creó un espacio donde dará clases, hará mini eventos, fotografiará para su revista Oh lala y producirá sus nuevos libros. A "Mi primer libro de recetas", publicado en 2010, se suma "Recetas para compartir", que se acaba de lanzar en Buenos Aires. Allí reúne aquellas recetas que ha heredado de su madre, su abuela, la abuela de la abuela y también las que ella ha entregado a otros.

-Para mí, las recetas no tienen dueño. Estoy convencida de que en la cocina ya está todo inventado. Pero cada cocinero tiene su personalidad, su manera peculiar de combinar los ingredientes, su forma de comer, de interpretar las estaciones, de seleccionar y aprovechar los productos, su manera de disfrutar, sus manías y caprichos.

Las recetas de este volumen están ideadas según ocasiones y estados de ánimo. Las hay para comer al aire libre, para lucirse en algún evento, para cuando se desea preparar un té-comida o para comer con las manos; también para cuando los invitados son muchos y el tiempo es poco. Todas presentadas con vajilla rústica o femenina, con manteles floreados o con rayas, con una campestre estética, porque la cocina -piensa Juliana-tiene que ser una experiencia que involucre todos los sentidos.

-La comida es importante, pero no es todo. El resto que hace falta es el ambiente, la música, la vajilla. En octubre, durante un viaje gastronómico que realicé a Bogotá, visité el restaurante "Andrés carne de res", un lugar al que ojalá todo el mundo pudiera ir, porque posee todo lo demás que hace falta a la comida. Una onda infernal, hasta con una herrería adentro, en que fabrican las lámparas, un espacio mágico.

Cuando cocina, Juliana pone música, y para inspirarse, lee blogs, entra a los mercados, viaja. A Chile vendrá en las próximas semanas, para recorrer junto a su revista los puestos de las ferias y los pueblitos.

-Lo que más me inspira es la comida hecha por una abuela, una mujer que tenga un puestito de comida en algún lugar.

Juliana recorrió Inglaterra, Francia, Italia, Estados Unidos, Brasil, Uruguay, cuando se inició en la cocina, una vez terminado el secundario.

-En cada uno de esos países me perfeccioné y adquirí conocimientos prácticos, diferentes técnicas, conocí nuevos productos...

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