Los árboles de un bosque conversan y se ayudan entre ellos - 26 de Noviembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 697560201

Los árboles de un bosque conversan y se ayudan entre ellos

"Bajo tierra hay otro mundo. Un mundo de infinitos caminos biológicos que conectan árboles y les permiten comunicarse y comportarse como un solo organismo. Esto podría remitirnos a algún tipo de inteligencia", dice Simard -ecóloga e investigadora de la U. de British Columbia y quien lleva más de 25 años estudiando los bosques canadienses-, en la charla TED "Cómo los árboles se comunican entre sí".

En uno de sus primeros estudios, Simard plantó en un bosque abetos, abedules y cedros. Cubrió cada árbol con bolsas plásticas e inyectó carbono 14 -un gas reactivo- a las bolsas donde había abedules, y carbono 13 a las que contenían abetos. A los cedros no les agregó nada. Luego de una hora en que las plantas deberían haber absorbido el CO2 y enviado la información a través de sus raíces, fue a chequear el abedul. Pasó un contador de Geiger (para medir la radiactividad) sobre las hojas y el medidor produjo un sonido. "El abedul había absorbido el gas reactivo".

Luego fue al abeto y puso el medidor en sus hojas: las agujas subieron y escuchó el mismo sonido, algo inesperado, ya que el carbono 13 es estable y no reactivo. "!Era el sonido del abedul hablando con un abeto¡", dice Simard. El cedro no mostró ninguna reacción.

En estudios posteriores, Simard y su equipo vieron que en verano el abedul le enviaba más carbono al abeto, sobre todo cuando este último no recibía luz. En otras épocas ocurría lo contrario: "El abeto le enviaba más carbono al abedul, porque el abeto aún crecía y el abedul ya no tenía hojas".

Una red oculta

"Los árboles son cooperadores y competitivos al mismo tiempo", dice Simard en entrevista con "El Mercurio", durante su visita a Chile para comenzar un proyecto con el Campus Villarrica y la Facultad de Agronomía de la UC. La iniciativa promueve el manejo sostenible del bosque templado de Chile y Canadá.

Los árboles compiten por la luz del sol para la fotosíntesis -creciendo a distintos tiempos o tolerando distintos tipos de sombra-, pero comparten información, más allá de la cantidad de carbono que necesitan.

"Además de compartir carbono, nitrógeno, agua y fósforo con otros árboles, a través de sus redes de micorrizas -red de hongos que se comunican con las raíces de todos los árboles y plantas-, también hemos aprendido a través de nuestros experimentos que los árboles transmiten señales químicas a sus vecinos, avisándoles de estrés o enfermedades".

La...

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