¿Aprendizaje cívico o desahucio democrático? - 27 de Octubre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 820661625

¿Aprendizaje cívico o desahucio democrático?

Estos días de emergencia institucional proporcionan un marco extraordinario para reflexionar sobre democracia, ciudadanía, educación y aprendizaje cívico. El sobrepasamiento de las instituciones y la interrupción de las rutinas cotidianas escenifica las tensiones entre Estado y anarquía, por un lado, y entre libertad e igualdad, por otro.¿En qué relación se encuentra la educación con estos fenómenos?, ¿qué lecciones podemos obtener de ellos?La democracia constituye un orden especialísimo. Es un invento moderno -con base en ideas y experiencias antiguas- que hace posible el autogobierno de sociedades complejas compuestas, a su vez, por individuos autónomos capaces de autocontrol.Puede entenderse como un continuo experimento social, más que un ordenamiento estático de partes prefijadas. Todo en ella es movimiento, apertura, incertidumbre. Canaliza ideas, intereses y pasiones en un juego con resultados imprevisibles. Tal es su delicado mecanismo interno, enormemente potente, pero fácil de quebrar.A su turno, esta compleja y delicada superestructura descansa sobre un régimen económico -alguna variedad de capitalismo- caracterizado por dinámicas de acumulación desigual de capitales de todo tipo: riqueza, influencia, prestigio, conocimiento, localización, contactos, oportunidades, y así por delante. Una verdadera máquina de innovación, estratificación y cambio.La mezcla de capitalismo y democracia es altamente inestable y a ratos, explosiva, como puede observarse en todos los países donde históricamente ha podido constituirse. Tiende a institucionalizar aquellas dinámicas de desigualdad y, al mismo tiempo, transforma a las personas en ciudadanos idealmente iguales en dignidad, derechos y capacidades de autogobierno colectivo. Como resultado genera un sinnúmero de tensiones, contradicciones y conflictos, cuyo potencial destructivo logra administrar dentro de límites tolerables. Para esto entrega el monopolio de la violencia al Estado, al cual encarga además proteger los derechos de las personas y promover el bienestar colectivo.Luego, el orden democrático necesita ser constantemente sostenido y alimentado por una ciudadanía y dirigentes que se hagan responsables de su mantenimiento, renovación y reparación cuando es pasado a llevar y grupos antisistema lo dañan con violencia.En este punto preciso entra en juego el crucial papel de la educación ciudadana y del aprendizaje cívico para la continua reproducción de la democracia.La ciudadanía posee dos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR