Aprender de grande - 8 de Octubre de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 912214660

Aprender de grande

Son pasadas las 10 y media de la mañana de un jueves de septiembre y por el portón de la Casa de la Cultura de Renca ingresan tres mujeres mayores. Luego de varios días fríos, a esa hora la temperatura es primaveral en la capital, pero ellas caminan abrigadas y con bolsas de compras en las manos. Portan libros y botellas.Las mujeres saludan, se acercan al encargado del lugar y le preguntan si pueden entrar al salón para "ordenar las cosas".El salón es amplio y amarillo. Mientras conversan sobre lo mucho que tardaron en tomar micro, sacan de sus bolsas jugos, bebidas, queques y galletas, y las ponen a un extremo de la mesa gris. Al otro lado, dejan un libro, abren sus estuches y se sientan a esperar.De pronto, la puerta se abre e ingresa un hombre joven, alto, de barba, pelo ondulado, aros, tatuajes y chaqueta de buzo arremangada."!Hola profe¡, le dicen las tres con una sonrisa.Él, afectuosamente, les responde el saludo, abre su computador, saca un plumón y les pide que abran el libro en la página 87. La clase en que seguirán aprendiendo a leer y a escribir va a comenzar.Las alumnas son Miyaray Vidaurre, Honoria Soto y Mónica Flores. Desde junio que asisten dos veces a la semana a la Casa de la Cultura renquina para aprender lo que debería saber un niño que cursa cuarto básico. Miyaray tiene 70 años y sus compañeras 54. Todas son abuelas.El monitor del grupo se llama Mauricio Herrera, quien les pide que describan una fotografía del libro de la clase."Hay jóvenes con guitarra", dice una de ellas."Están cantando", agrega otra.Mauricio les lee el texto de la imagen. Les comenta que son testimonios reales de personas de Huechuraba que volvieron a estudiar luego de abandonar el colegio por razones familiares, económicas o personales."Eso pasa... una se pone a trabajar para ayudarle a la mamá, para que no le falte nada", reflexiona Honoria.Más tarde, mientras come una galleta, la mujer de pelo negro azabache y aritos de perlas contará que esa fue su historia.Honoria proviene del sector Río Calle Calle, en Valdivia, donde vivía junto a sus nueve hermanos en una situación en que a sus padres no les alcanzaba para enviarlos al colegio. Cuando era pequeña, la familia decidió mudarse a Santiago en búsqueda de mejores oportunidades, se radicaron en un campamento y a los 12 años se puso a trabajar haciendo aseo, una actividad que esporádicamente realiza hasta hoy.- Mi vida no ha sido fácil -comenta Honoria, que es madre de tres hijos-. Yo quería...

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