Aplicación e impacto de la Ley de Habitaciones Obreras de 1906: el caso de Valparaiso (Chile). - Vol. 42 Núm. 125, Enero - Enero 2016 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 632388553

Aplicación e impacto de la Ley de Habitaciones Obreras de 1906: el caso de Valparaiso (Chile).

AutorMill
CargoEnsayo

Introducción

El final del siglo xix muestra en Valparaíso un contexto en el que la pobreza y la necesidad de vivienda se dejaron sentir de manera acuciante, como en muchas otras grandes ciudades que crecían a un ritmo vertiginoso. Agudizada esta situación por las malas condiciones de vida de los grupos populares, que se iban incrementando con las numerosas migraciones campo-ciudad tras mejores condiciones laborales, se fueron buscando soluciones parciales, sobre todo tras sufrir la ciudad alguna catástrofe, como inundaciones o terremotos (De Ramón, 1990, p. 6).

Tal situación no era privativa de Valparaíso, sino vigente en todas las grandes ciudades del mundo occidental. Y en todas ellas, conforme se agudizaba la "cuestión social"--que tuvo en la problemática de la vivienda parte de su origen--, fue haciéndose más patente para los grupos sociales más reivindicativos la precaria situación habitacional de los sectores obreros. Se hizo evidente con ello la necesidad de una legislación que se hiciera cargo de las carencias en ese ámbito, demanda que acabó materializándose en el Congreso Internacional de Casas Baratas de París, de 1889. De estos encuentros surgirían las nuevas políticas habitacionales que fueron adoptando diferentes países (Capel, 2002, p. 376).

En el escenario de graves carencias habitacionales y de demandas de condiciones mínimas de habitabilidad e higiene como las que proliferaban en el mundo urbano del país, surgió la Ley de Habitaciones Obreras de 1906 en Chile, legislación novedosa en cuanto sería precursora en abordar estos problemas y pionera en el contexto latinoamericano. Las primeras iniciativas legales en enfrentar este tema de forma específica habían sido la ley belga de 1889 y la inglesa de 1890, en las que se basaría la chilena para su elaboración. Esta ley fue coetánea a varias similares que surgieron en Europa, como en el caso de Italia en 1903 o la Ley de Casas Baratas de España, de 1911 (Hidalgo, 2000).

Firmada durante el gobierno de Germán Riesco, la Ley de Habitaciones Obreras fue la primera legislación de carácter social relativa a la vivienda social en Chile. A través de ella se estableció como modelo de gestión la generación de los Consejos Departamentales de Habitaciones para Obreros, que funcionarían en las principales ciudades del país a cargo de velar por el cumplimiento de los objetivos del texto: construir, higienizar y normalizar la vivienda popular (Silva, 1997, p. 12).

En un momento de la historia en que las grandes ciudades crecían a un ritmo exponencial extendiéndose como manchas de aceite, merece especial atención una población limitada topográfica, espacial y materialmente, como la de Valparaíso, lo que hace de este caso un ejemplo de referencia. Su importante papel económico en el país, su ubicación y configuración como ciudad-puerto, su alta concentración social a fines del siglo xix y su singularidad topográfica, serán el argumento que nos lleve a plantearnos cómo se aplicó esta ley y qué resultados obtuvo. Si bien su aplicación en Santiago ha sido estudiada en diversas investigaciones y artículos que caracterizan históricamente la destrucción de numerosas habitaciones insalubres y la construcción de cités en la capital, el caso de Valparaíso ha permanecido ignorado hasta la fecha. La complejidad urbana y social que encerraba la ciudad-puerto en el momento en que surgió esta ley, tras haber sufrido un devastador terremoto e incendio (Rodríguez & Gajardo, 1906, p. 41), hace si cabe más acuciante la necesidad de profundizar en su estudio. Si a todo ello unimos la carencia o parcialidad de fuentes documentales sobre el periodo de tiempo comprendido entre la segunda mitad del siglo XIX y el comienzo del siglo xx en Valparaíso, entendemos el porqué de estudiar a fondo las existentes.

Esta investigación analiza histórica y urbanísticamente el impacto que la Ley de Habitaciones Obreras de 1906 tuvo en Valparaíso, las transformaciones que generó en la ciudad y las consecuencias de estas. Unido a ello, el artículo expone las causas por las que la citada legislación no obtuvo los objetivos deseados. En este sentido, estudia la repercusión de las tres funciones principales de esta ley: la nueva construcción generada; el proceso de higienización de las construcciones existentes, materializado tanto en rehabilitación como en demolición; y la normalización que sentará las bases de unas nuevas viviendas, higiénicas y baratas.

Contexto urbano y social de Valparaíso a finales del siglo XIX

La ciudad de Valparaíso es uno de los asentamientos urbanos más antiguos de Chile. Su ubicación, así como su relación con la costa, han ido conformando una identidad local basada en la relación de la ciudad con el puerto y en un entorno geográfico característico, distinguiéndose claramente la bahía, como zona marítima; el plan, como la zona plana de la ciudad; y los cerros. Desde su origen ha vivido de la actividad portuaria, vinculando así todo su desarrollo urbano al componente globalizador que encierra este tipo de economía. Sus condiciones topográficas específicas y los contextos de modernidad que vieron su desarrollo, han condicionado la fisionomía de la ciudad. Al respecto, Miriam Waisberg (1999) señala que "Valparaíso construye su identidad acuñando características arquitectónicas condicionadas por factores geográficos y sociales insoslayables" (p. 153).

El crecimiento de la ciudad se ha estructurado a lo largo del tiempo a partir de las características naturales de su emplazamiento. La arquitectura se adaptó a las condiciones naturales del sitio, mezclándose con las construcciones europeas de corte Victoriano, herencia de los inmigrantes británicos, alemanes o franceses que llegaron a sus costas durante el siglo xix (Sánchez & Morales, 2009, p. 91). Valparaíso se configuró como centro de la economía del país, con el puerto y la actividad mercantil en torno a él como los principales agentes de desarrollo. Los bancos, las compañías navieras y las exportadoras fueron muy pronto las aglutinadoras de todo el capital económico de la zona. Por otro lado, y debido al auge comercial, desde mediados del siglo xix hasta la primera mitad del siglo xx, Valparaíso concentró la mayoría de las sedes de las nuevas sociedades mineras e industriales, oficinas de ferrocarriles, compañías mercantiles y aseguradoras, y acogió, por ende, una elite social vinculada a ellas (Lorenzo, 2012, p. 14). La ciudad llegó a ser una ventana al exterior, importando tendencias, modas y mercancías. Y junto con ello, el auge comercial originado en ese momento por el incremento de las exportaciones y el desarrollo minero y agrícola, dio lugar a un clima de atracción social y de movimientos migratorios del campo a la ciudad, situación por la cual Valparaíso pasó de tener 52.413 habitantes en 1854 a 193.205 en 1930 (Hurtado, 1966, p. 168).

Valparaíso fue desde "la residencia favorita de los consignatarios y el centro del mundo de los negocios", según dice Jacqueline Garreaud (1984), hasta un lugar de asentamiento para una población empobrecida que aumentaba de año en año (p. 162). Urbina subraya que la atracción de inmigrantes se vio favorecida por la alta concentración de estos grupos sociales en los mismos espacios urbanos, hecho que desarrolló un contexto de familiaridad, fraternidad, solidaridad e idealización de las pésimas condiciones habitacionales de Valparaíso. Esta podría ser la explicación historiográfica del auge del proceso migratorio del campo a esa ciudad, a pesar de las duras condiciones que ofrecía (Urbina, 2002, p. 77). El incremento desproporcionado del sector popular pobre cambió la fisonomía de la ciudad-puerto. Por un lado, dado el origen mayoritariamente rural de esta inmigración, se fue configurando una ciudad con una arquitectura basada en tipologías provenientes del campo, que--tal como se muestra en algunas imágenes--se basaban en viviendas realizadas en adobe secado al sol y blanqueado con cal, techos de paja y hojas de palma o, en los mejores casos, de teja. Todas ellas eran de una sola planta, por el temor a los posibles terremotos. En este paisaje urbano y contexto social tan particular, la ciudad creció hacia los cerros que rodean la bahía, con construcciones erigidas sobre sus abruptas laderas y que se encaramaban por las quebradas, dando lugar a una morfología característica y exclusiva de Valparaíso.

El momento de prosperidad que vivió la ciudad por esos años se vio interrumpido por una serie de acontecimientos que cambiaron el devenir de la ciudad: en primer lugar, el terremoto de 1906, que la destruyó en gran parte, afectando sobre todo al sector del Almendral (el plan). En segundo lugar, la apertura del canal de Panamá en 1914, que supuso un duro revés para continuar el sostenido auge y desarrollo del puerto; el tráfico marítimo disminuyó, provocando un decrecimiento de la actividad económica y financiera de la ciudad. Por último, la crisis económica de 1929 cedió paso a la emigración de las industrias hacia Santiago, dando inicio a un periodo de depresión que ha sido muy difícil de revertir y el cual persiste hoy día (Urbina, 1999, p. 432).

Mientras que en Santiago y en otras grandes ciudades los nuevos asentamientos más pobres y populares se fueron ubicando en las nuevas periferias, siguiendo un modelo concéntrico de crecimiento (Capel, 2002, p. 378), en Valparaíso estas nuevas periferias serán los cerros (Puentes, 2013).

La pobreza social materializada en el ejercicio de la autoconstrucción dio lugar a diversas tipologías habitacionales, ya no originadas en las construcciones rurales. Cuartos redondos (1), ranchos y conventillos se unieron a unas anárquicas arquitecturas en los cerros, que llevaron a Valparaíso a un dramático final del siglo xix (figura 1).

A los fenómenos de la tugurización y el hacinamiento les siguieron las lógicas lacras de falta de salubridad e higiene. La acumulación de suciedad en las quebradas, la estrechez de los escasos espacios de...

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