Amores de bolero
Un clavo saca otro clavoFabrizio Copano | humoristaFabrizio me dijo que nos juntáramos cerca de Televisión Nacional. Le dije que bueno.Estarían bien unas salchichas en la Esso frente a TVN.
-¿Alguna dramática historia de amor? -le digo al verlo.
-Te voy a contar la peor -dice él.
"En el colegio, en un electivo, había una chica que me gustaba: Javiera. Ella tenía un pololo bacán: David, no el típico imbécil, sino un tipo inteligente y físicamente muy preparado, pues hacía taekwondo, a diferencia mía que no hacía nada de nada. David era, además, un genio en la química. De hecho, eso estudió y le fue muy bien. Resumen: un tipazo, buena persona, simpático, claro que yo lo odiaba porque me gustaba su mina.
-¿Linda?
-Bonita como lo puede ser una chica de un colegio de La Florida. Una chilena de belleza tierna, dulce e inteligente.
"La cosa es que estaba súper enamorado de ella y, en tercero medio, para ese electivo, cada semana le preparaba chistes, pues solo tenía una hora para lograr que se fijara en mí. Justo en ese tiempo había empezado a trabajar para la Zona de Contacto de "El Mercurio" y, como ella quería hacer fotos, se me ocurrió incorporarla al trabajo. Parecía una buena idea: Javiera podía pensar que yo tenía más vida, que era un tipo más grande.
A poco andar, la estrategia empezó a funcionar. Un día, en la estación Metro Mirador, cuando veníamos de vuelta de haber hecho unas fotos, se quedó mirándome y dijo: "Terminé con David". Era invierno, hacía frío.
La familia de Javiera era de ex millonarios. Habían tenido plata en provincia, pero en Santiago el dinero se acabó y ahí ella se empezó a cuestionar todo. Fue entonces que empezamos a salir en un tono más romántico.
Con el tiempo, el ex se enteró y por supuesto sus amigos taekwondistas me querían pegar. Empecé a prepararme mentalmente y, cuando esperaba el desenlace, en el colegio se supo que uno de los taekwondistas había muerto de un infarto en un entrenamiento. Su muerte me salvó de una golpiza".
-Noooo... sigue...
"El papá de Javiera estaba muy enfermo y, finalmente, el hombre que siempre la había protegido era este ex pololo. Me da pena pensarlo: el de ellos habría sido un matrimonio maravilloso con hijos perfectos. Reconozco que la embarré.
La cosa es que le pedí pololeo y, aunque nunca me dijo que no, tampoco me dijo que sí. Seguimos viéndonos hasta que un día me envalentoné y me dije: Se acabó, ahora le voy a pedir pololeo".
-Ahora viene lo malo, ¿no?
-Sí.
"Después del colegio nos fuimos juntos. Y, cuando caminábamos frente al Mall Plaza Vespucio un tipo me abrazó como si me conociera. Luego sacó un clavo".
-Un clavo gigante.
-Nada. Un clavo enano.
"Me puse nervioso y, en vez de decirle a Javiera que se fuera, que yo arreglaba el problema, le dije que se quedara. Mal.
No me robaron mucho: un pendrive y una moneda de cien pesos. Después de eso estoy seguro de que ella dijo ´este tipo no tiene carácter'. Y era verdad. Me habían robado con un clavo. Luego la dejé en su casa y, desde entonces, cada vez me respondía menos hasta que la relación fue apagándose. Me ignoraba y, vengativo, años después usé su nombre en todos los sketchs en los que había minas pesadas. Ella acusó recibo y, hasta hoy, me tiene bloqueado en sus redes sociales".
-Una relación obsesiva.
-Fue obsesiva, lo reconozco. En perspectiva, hablar con ella no era muy interesante, pero en el colegio uno se enamora fácil. Hoy le pido disculpas. Le habría ido mucho mejor si se hubiera quedado con el karateca científico.
KathyAlfredo Lewin | conductor de radio y tvAunque a Alfredo algo lo conocía, supe más de él en un viaje al D.F. México. Ahí, entre vasos de pulque y cerveza hablamos de relaciones y lucha libre, familia, carnitas, quiebres, reencuentros y tortas de queso.
Aunque sigo sin conocerlo en profundidad, me atrevo a decir que Alfredo es un tipo reservado. Por lo mismo, cuando aceptó contar una intensa historia de amor, de inmediato supe que no sería cualquiera.
Dicho y hecho...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba