Amor en tiempos del covid - 17 de Julio de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 871079889

Amor en tiempos del covid

El día en que Óscar Ramírez entró al Establecimiento de Larga Estadía del Adulto Mayor (Eleam) de Rengo, recuerda él, por los parlantes de los pasillos se escuchaban boleros y rancheras. Era julio de 2020, un mes en que el covid les causó la muerte a ocho de sus residentes, y él, un hombre de campo amante de su soledad, iniciaba el confinamiento en una pieza que compartía con un desconocido.Mientras pensaba en su situación, golpearon la puerta y pidieron permiso para ingresar. Era Ximena Dotte, la terapeuta ocupacional del hogar, quien pasaba a presentarse. Vestía un traje clínico, un overol de cuerpo entero, una pechera, doble mascarilla, cubrecalzado, guantes y escudo facial.Entró bailando un corrido mexicano.-Yo parecía astronauta -cuenta la profesional, de 28 años, mientras explica que con su baile buscaba levantarles el ánimo a los encerrados-. Don Óscar estaba muy tímido y cuando me vio entrar así, se mató de la risa.Era la primera carcajada que Ramírez lanzaba en harto tiempo. Con 77 años, un doble accidente cerebrovascular le había provocado una debilidad en el brazo y la pierna izquierda, lo que le dificultaba trabajar y desplazarse. Hasta entonces arrendaba una pieza y pudo haber muerto de no ser por unos vecinos que lo auxiliaron cuando oyeron sus gritos tras caer producto del incidente.Óscar es de Quinta de Tilcoco, una comuna situada a 20 minutos al sur de Rancagua. Sus padres se separaron cuando era guagua, ambos abandonaron el pueblo y lo crió su abuelo. Él le enseñó a trabajar la tierra.-Me conversaba de puras carretas y bueyes -dice.Durante décadas el negocio de Ramírez era explotar la tierra de otros y dividirse la cosecha con el dueño del predio. Lo más que alcanzó a comprar con lo que ganó, afirma, fue una camioneta.Asegura que en su vida tuvo varias pololas, pero nunca convivió con ninguna, ni siquiera con la madre de sus dos hijos, con quienes no tiene relación.-Siempre fui solo, me movía de un lado para otro para trabajar. Me gustaba la soledad porque así pensaba, salía, iba a cazar conejos en la noche... y a las mujeres no les gusta eso- se justifica.Los accidentes cerebrovasculares terminaron por alejarlo de lo que más le gustaba. Desde la municipalidad supieron de su caso y gestionaron ante el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) su traslado al Eleam renguino, que es administrado por la fundación Pather Nostrum.-Acá es un palacio- resume hoy Ramírez, quien, no obstante, reconoce que le costó...

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