Amistad y tragedia: Stefan Zweig y Gabriela Mistral unidos en Petrópolis - 27 de Enero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 759528645
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Amistad y tragedia: Stefan Zweig y Gabriela Mistral unidos en Petrópolis

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Vincent

A pesar de que Brasil lo vio morir, esta tierra terminó siendo una luz de esperanza. El escritor austriaco Stefan Zweig (1881-1942) se instaló en el país americano a inicios de la década del 40 del siglo pasado, huyendo de una Europa en medio de un cruento conflicto bélico. En estos cálidos parajes se encontró con una población pacífica, mestiza, joven e ilusionada. Todo lo contrario de un Viejo Continente amenazado por los nacionalismos exacerbados y espíritu antisemita. El Brasil de Getulio Vargas lo recibió con honores y con las palabras "futuro" y "paraíso" rondando en cada esquina y vegetación exuberante.En Petrópolis (conocida como la "ciudad imperial" y situada en el estado de Río de Janeiro), Zweig encontró la calidez de un grupo de amigos que lo acompañaron hasta sus últimos momentos. Entre ellos se encontraba Gabriela Mistral, quien se había trasladado hasta esta ciudad en 1941, para desempeñarse como cónsul. El trágico suicidio de Zweig y de su segunda esposa y secretaria personal, Lotte Altmann, sobrecogió profundamente a la autora de "Tala". "Nuestro Zweig", señala en una desgarradora carta que escribió -tras su muerte- la premio Nobel al intelectual argentino Eduardo Mallea, quien por esos años dirigió el suplemento literario del diario La Nación de Buenos Aires. La misma epístola fue reproducida pocos días después en "El Mercurio". La poeta conocía bien la sensibilidad y el sufrimiento que padecía el autor de "Momentos estelares de la humanidad"."Cuando hablábamos de la guerra, yo seguía en su cara, punto a punto, su corazón en carne viva e iba midiendo lo que yo podía decir, lo cual no me ha ocurrido con ningún hombre de letras. Y no era que perdiese en momento alguno su control riguroso; era que los hechos brutales, o simplemente penosos, no parecían ser oídos, sino tocados por él en el mismo instante en que los escuchaba, y le caía al rostro una tristeza sin límites que lo envejecía de golpe", escribe.En la misiva la poeta chilena revela que la criada del autor de "Fouché" -entre otras muchas biografías exitosas- dejaba que sus patrones durmieran hasta las 10 de la mañana, pero ese trágico día -el 22 de febrero- decidió esperar y abrir la puerta hacia las cuatro de la tarde. Al encontrar los dos cuerpos sin respiración llamó de inmediato a la policía la que a su vez se comunicó con el Presidente del Pen Club de esa época: Claudio De Souza (Zweig le dejó una carta para que fuera leída post mortem ). Apenas supo la noticia...

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