América Latina y las elecciones de Estados Unidos - 18 de Octubre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 651220653

América Latina y las elecciones de Estados Unidos

Los latinoamericanos serán fuertemente afectados por el resultado de las elecciones estadounidenses. El próximo presidente jugará un rol mayor en la configuración de asuntos como guerra y paz, comercio y desarrollo, contraterrorismo y cambio climático. Especialmente importante, ella o él ayudará a trazar el desempeño económico de Estados Unidos, lo que incluye tasas de interés, inflación, comercio y disponibilidad de capitales para ser invertidos en América Latina. El próximo presidente, en conjunto con el nuevo Congreso, además, lidiará con el trato a los indocumentados residentes en Estados Unidos, muchos de los cuales provienen de América Latina, y con aquellos en la región que quieran unírseles, y se ocupará de la cobertura de salud y otros programas sociales que afectan a los inmigrantes latinoamericanos y sus familias.

El Presidente de Estados Unidos también se ocupará de la importación y el consumo de narcóticos procedentes de América Latina, así como de los medios utilizados para reprimir ese comercio, y sus implicaciones para la seguridad ciudadana. Él o ella también ayudará a determinar si Estados Unidos, sus empresas y los ciudadanos se convierten en socios más importantes para el fortalecimiento de la infraestructura, la educación y la tecnología en América Latina, o si Estados Unidos, en cambio, se aparta de las asociaciones internacionales.

Una división ha surgido en los últimos años entre los países de América Latina que buscan una mayor cooperación con los EE.UU. y aquellos con movimientos populistas que han hecho de la retórica y políticas antiestadounidenses un aspecto central de su enfoque. Los vecinos más cercanos de Estados Unidos, como México, América Central y el Caribe -cada vez más integrados en términos demográficos, económicos, comerciales y culturales-, han optado en su mayoría por la cooperación con Washington, tratando de maximizar los beneficios de la proximidad con Estados Unidos, mientras mitigan sus riesgos. Cuba y Nicaragua han sido durante mucho tiempo las excepciones a esta tendencia general, pero La Habana ha dado un giro hacia relaciones de respeto mutuo y cooperación pragmática con Estados Unidos, mientras que Managua, bajo la familia Ortega, ha opacado la cooperación pragmática con Washington detrás de su retórica.

En América del Sur, las corrientes políticas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Paraguay y Uruguay han rechazado la posición del ALBA, iniciada por Venezuela, de retórica y...

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